Ayer, un nuevo mundo. Hoy, hacia un mundo nuevo

MANUEL ARMENTEROS MARTOS

Nuestra idiosincrasia y especial genética española hace posible este titular, pues gracias a ellas nos movemos hacia posiciones extremas, en las que quedamos anclados. Difícilmente nos situamos en el virtuoso término medio, posición común del europeo. El pueblo español, adelantado y movido por la fe de sus creencias, nacidas del Evangelio, y a impulso de sus Reyes Católicos con sana ambición, dirigido por intrépidos capitanes y santos frailes, logró conquistar un Nuevo Mundo. Ahora llega la hora de empeñarse en alcanzar un mundo nuevo. Es decir, que nuestra España, sumida en la sima extremosa por tantas corruptelas (al desligarse de sus creencias de fe), debe ser dirigida ahora hacia la cima social (el otro extremo) a través de nobles causas y alentadas por ellas. Resolviendo el cómo, dónde y cuándo. ¿Cómo lograrlo? Conduciéndonos y orientando nuestro camino hacia la conquista de ese mundo nuevo. Sabiendo que ese logro no está sólo en nuestras manos humanas, sino en el empeño conjunto de estas (trabajadoras y orantes), desde una empresa común. ¿Y desde dónde? Desde unos partidos políticos propios, que permitan adentrarse en los flujos políticos actuales, como también en los económicos y sociales. Que abordados conjuntamente, comenzando por nosotros, creyentes católicos de España, con los creyentes cristianos de Europa y del mundo y hombres de buena voluntad... tomemos la iniciativa en los diversos parlamentos democráticos, desde la madurez cristiana (superada la infancia, la cual nos mantenía al margen y necesitaba ser continuamente empujada) y sin complejos por nuestras incoherencias inevitables (sin duda menores que en otros), podamos iluminar la vida y su desarrollo con mayor equilibrio en los cinco continentes. Manteniendo un diálogo permanente de debate desde nuestros principios, creencias y cosmovisión, a fin de conseguir ese bien común nunca logrado y cada vez más distante, aplicando nuestra doctrina social de la Iglesia. ¡No más delegar nuestros votos en terceros partidos!

Aplicar los talentos recibidos y mostrar y descubrir nuevas vocaciones o carismas de alta calidad de servicio público sería nuestra tarea a asumir con urgencia, porque el ¿cuándo? a tenor de los tiempos... ¡ya ha llegado!

Ayer, un nuevo mundo. Hoy, hacia un mundo nuevo

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