DESDE MI RINCÓN

HABLEMOS DE LA VIDA DIARIA

JOSÉ LUQUE VELASCO

Los responsables municipales si quieren la confianza de los ciudadanos en las urnas están obligados a una mayor empatía

ME pregunta un amigo cuantas veces, desde esta columna, voy a recomendar al alcalde de Córdoba la conveniencia de oír sosegadamente a los ciudadanos, para conocer, de primera mano y sin intermediarios, lo que se comenta en familia, en los barrios, en las empresas o entre profesionales. Mi respuesta es rápita: ¡las veces que haga falta! Necesitamos tener razones para volver a confiar en el partido que, por mayoría, gobierna la ciudad. No somos pocos los ciudadanos que no estamos dispuestos a votar contra alguien o para que no gobierne alguien. Y estamos huérfanos de razones para depositar nuestra soberanía en un partido que dice ser de centro derecha y liberal, pero no ejerce como tal. En este mismo Diario y con esa sinceridad que le caracteriza y admiro, Isabel San Sebastián —ABC 23/10/2014— enjuicia las medidas de gobierno tomadas por el PP como razones que ahuyentan a sus votantes. Por eso, los responsables municipales, si aspiran a conseguir la confianza de los ciudadanos, están obligados a una mayor empatía con ellos para conocer sus necesidades, inquietudes y aspiraciones, procurando satisfacerlas. ¡Hablemos de la vida diaria!

No critico que se arreglen las calles de Córdoba ¡Bastaría más! Ni que se hagan todas las obras al mismo tiempo. Aunque barrunto que las razones para hacerlo así, pueden convertirse en bumerán que les quite más votos que aquellos que les van a dar las estadísticas de empleo de los próximos meses. Pero si han decidido hacer las obras de una determinada manera, deben ser diligentes y poner los remedios necesarios para molestar lo menos posible a los ciudadanos ¿Nadie les ha dicho los tapones de tráfico que en determinadas horas se organizan a la subida o bajada del Brillante o en calles donde se ubican colegios? Imagino que en otros barrios de Córdoba sucederá lo mismo. Cuando antes tardabas diez minutos en ir de casa al trabajo y viceversa, ahora pierdes cuarenta y cinco cada vez que haces el recorrido. ¿Es que en esos puntos y horas no puede haber un agente de tráfico para hacerlo más fluido? ¿Desconocen que cuando se abre el semáforo de la calle Doce de Octubre para salir a la Avenida de América, esa avenida está ocupada por coches que, parados por otro semáforo, impiden la salida? ¿No son conscientes del lío que suele formarse en la rotonda del Pretorio por culpa de unos semáforos descoordinados? Digo esto porque frecuento estos lugares. Pero estoy convencido que sucederá igual en otros muchos sitios de Córdoba e irritará igualmente a otros ciudadanos que se sentirán, igual que yo, huérfanos de una administración sensible.

En política municipal nunca recogerán buenos frutos en las urnas aquellos que sólo atienden a quienes despejan el camino para sus pretensiones políticas.

HABLEMOS DE LA VIDA DIARIA

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