La crisis del ébola

ANTONIO JOSÉ JIMÉNEZ FONSECA

Teresa Romero, la enfermera que se contagió de ébola, al parecer y según los últimos análisis que se le han practicado, ha podido superar a la enfermedad. Ha sido todo un logro profesional del personal sanitario que está tratando a la citada enferma. Pero al margen de esta buena noticia, hay que analizar qué es lo que ha ocurrido con la crisis del ébola en nuestro país. Para empezar, podríamos decir que España, ni de lejos está ni estaba preparada para una situación sanitaria como la que por desgracia se ha producido. A falta de un complejo hospitalario, y de personal preparado y de medios para hacer frente a una crisis de esta índole, se le une la ineptitud de los responsables políticos.

No hubo más que ver la comparecencia de la ministra Ana Mato, junto con la directora general de Salud Pública, María Mercedes Vinuesa, al comienzo de la crisis, «no saben no contestan». Pero claro, de qué nos extrañamos de Ana Mato, si ni siquiera se enteraba del Jaguar que tenía su ex marido en el garaje del domicilio conyugal. Y si ya nos vamos a las declaraciones que efectuó Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el cual acusó a Teresa Romero de ser una mentirosa, así como de su «incapacidad de aprendizaje», es mejor apagar e irse. Porque tratar de culpar a una profesional de la torpeza de tu gestión política es de una bajeza y de una inmoralidad superlativas.

Aquí los únicos que han hecho que esta crisis se pare por el momento es el cuadro médico que está atendiendo a Teresa, así como los enfermeros y auxiliares sanitarios. Ellos, y sólo ellos, con unos medios que daban verdadera pena son los que han evitado que el virus del ébola se expandiese. Se han cometido muchos, muchísimos errores por parte de las autoridades sanitarias, tanto del Ministerio como de la Comunidad de Madrid. Y hacen falta que se depuren responsabilidades. Por lo pronto, el marido de Teresa, Javier Limón, va a emprender acciones judiciales contra los responsables de la chapuza de esta crisis. Y yo desde esta líneas lo alabo.

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