OTRO ESCÁNDALO MILLONARIO EN LAS CAJAS
El FROB, ente que gestiona toda las cajas de ahorro intervenidas por el Estado tras su quiebra, ha puesto a disposición de la Fiscalía una veintena de operaciones sospechosas de ser constitutivas de delito por parte de los gestores de esas entidades. ABC da cuenta hoy de una de ellas, que tiene como protagonistas a CatalunyaCaixa y una constructora con la que creó una sociedad (al 50%) para acometer, a partir de 2007, una serie de operaciones inmobiliarias que se saldaron con unas pérdidas de 30 millones de euros para el banco. Las auditorías han detectado una serie de alarmantes irregularidades administrativas en el episodio, que ya están en manos del Ministerio Público. De nuevo, sobre este caso se proyectaría la sombra del amiguismo, si tenemos en cuenta que el dueño de la constructora forma parte del círculo de amistades de Artur Mas, presidente de la Comunidad donde operaba prioritariamente la caja en cuestión y exconsejero de Obras Públicas de la Generalitat. El desastre de CatalunyaCaixa, por entonces dirigida por el exministro socialista Narcís Serra, nos ha costado a los españoles 11.000 millones de euros, cantidad de la que solo se han podido recuperar algo más de mil, con su venta posterior. Investigar ese tipo de operaciones de clamoroso alto riesgo y desastrosa praxis profesional debe ser una prioridad para el FROB, que, al igual que hizo con el escándalo de las tarjetas «B» de Caja Madrid, debe denunciarlas sin dilación y caiga quien caiga, pues ha sido tanta la erosión que en su día introdujeron al sistema, que el Estado se vio obligado a gastar del dinero de todos para tapar el agujero generado por unos pocos. Hoy ya nadie duda que fue un error capital poner al frente de estas entidades (tradicional pulmón económico de los territorios donde se asentaban) a políticos o personas escasamente preparadas para afrontar el reto de su gestión.