El día después del plan de ajuste

El pago a proveedores ha pasado de seis meses a 16 días, un síntoma de mejora en las finanzas públicasLos efectos sobre los servicios han sido menos aparatosos de lo inicialmente anunciado por el PP

El día después del plan de ajuste V. MERINO

RAFAEL RUIZ

El 30 de marzo de 2012 no se le va a olvidar nunca al actual gobierno municipal. Ese día, Viernes de Dolores, se llevó al Pleno la aprobación del plan de ajuste del que, si el ministro Montoro lo permite, saldrá en breves fechas. Fue una de las sesiones plenarias más duras que se recuerdan con protestas, gritos, chillidos. Un cierto ambiente de caos se apropió de la sala mientras el teniente de alcalde de Hacienda gritaba como un poseso para hacerse entender. Las manifestaciones, cada cual por su motivo, estaban en contra de que aquel documento se aprobase. El motivo eran 25 millones de euros.

El Gobierno aprobó una línea de financiación para que las administraciones territoriales pagaran a sus proveedores. El de Córdoba debía 25 millones de euros a los empresarios con los que había trabajado. El Ejecutivo ponía el dinero pero, a su vez, reclamaba sacrificios. En primer lugar, por la vía de más impuestos —la subida del IBI fue brutal— y por otro de que se acometieran reformas dentro de la institución como compensación al dinero prestado.

A finales de 2011, el Ayuntamiento de Córdoba pagaba a sus proveedores a medio año de plazo y hoy lo hace a 16,9 días. El ahorro neto era negativo (-13,23 por ciento) lo que indica que el Consistorio no generaba suficiente dinero para pagar sus gastos. Hoy, ese indicador es algo superior al cuatro por ciento. La deuda municipal sobre ingresos corrientes superaba el 111 por ciento (la institución debía 111 euros por cada cien que entraba en sus cuentas de forma ordinaria). Hoy es del 96 por ciento.

Realizados todos los pagos, el déficit de caja acumulado (remanente de tesorería) era de 32 millones. Hoy se ha reducido hasta los 14 millones y tardará años en limpiarse. Por último, la diferencia entre ingresos y gastos del presupuesto estaba desnivelada en 14,6 millones generando números rojos. El último resultado presupuestario conocido es positivo y asciende a 24.359.771,91 euros.

Esta semana, cuatro bancos se han hecho cargo de la deuda que mantenía el Ayuntamiento con el Estado. El crédito —que no es específicamente alto si se compara con el ciudades del tamaño de Córdoba— pasa de lo público a lo privado y, por ende, el Consistorio dejará de tener que darle explicaciones por todo a quien se lo dejó.

El plan de ajuste ha obligado a realizar sacrificios pero, ni de lejos, los que en su día se anunciaron. Más centrados en lo externo y en la economía de guerra que en otros aspectos. En su día, peligraban buena parte de los organismos autónomos (se reclamaba su municipalización) y en algunos casos concretos, como el Imdeec, por su desaparición directa. Y que el personal de la institución cobre menos dinero ha sido la salida para paliar los despidos que se anunciaban.

El recorte fue relevante. Solamente entre 2011 y 2012, el dinero dedicado a personal se redujo en siete millones de euros. El Instituto de Deportes presentó el primer Expediente de Regulación de Empleo de una entidad municipal con 20 afectados. El plan fue rechazado en los tribunales y vuelto a plantear aunque un acuerdo de prejubilaciones y reducciones salariales redujo las salidas a tres. El Imdeec, un organismo inicialmente condenado, acabó con una serie de despidos —con acusaciones de partidismo—, cinco, dos de los cuales fueron anulados en los tribunales.

El ajuste ha servido para reducir, que no eliminar, las diferencias salariales entre trabajadores de la matriz y de sus organismos satélite. Ello ha evitado, por ejemplo, una sangría laboral en la Gerencia Municipal de Urbanismo, donde las salidas han sido de funcionarios que vuelven a sus destinos entre un clima enrarecido que, a veces, se cuela en las vicisitudes de la gestión con resultados conocidos por toda la ciudad. Las partidas municipales de personal volverán a crecer por primera vez en 2015 superando los noventa millones de euros. Habrá nuevos contratos.

Y se ha cerrado algún servicio como la Escuela Infantil municipal —como expresa la oposición— pero ninguno de los considerados básicos. Tampoco se ha producido ninguna privatización del capital social de empresas municipales —Cecosam estaba en el alero— más por falta de ofertas que de interés. Procórdoba sí ha cerrado —o debería estarlo a estas alturas— pero su personal parece que será recolocado tras anunciársele directamente que iban a la calle.

El día después del plan de ajuste

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