LOS CAMBIOS

Ferrer había agotado su crédito y Djukic ilustra la regeneración que debe llegar al plantel

EL cambio en el banquillo del Córdoba CF era la única salida a corto plazo a la crisis de juego, resultados y en el objetivo de la permanencia. Albert Ferrer había liquidado todo su crédito. El catalán llevaba meses sin el respaldo del vestuario. Poco a poco, también había ido perdiendo apoyos en los despachos. El partido ante el Málaga le separó definitivamente de la afición, aunque ésta no pidió directamente su cabeza y le ha reconocido, justamente, parte del mérito del ascenso. Sería injusto hacerlo con él solo. Hubo más partícipes. El equipo no tenía modelo de juego, su manual de manejo del grupo había quebrado el vestuario, la estrategia no aparecía por ningún lado, las soluciones entre partidos y durante ellos tampoco, y los resultados le dieron la puntilla (ocho jornadas sin ganar).

Llega Miroslav Djukic como relevo. Las cosas saldrán como salgan, pero la decisión es plausible. Por primera vez en la era González, viene un técnico con experiencia en los banquillos del fútbol profesional. Además, su idea futbolística casa con la que hizo brillar a Jémez en la primera campaña. Incluso, el serbio tiene ese punto de veteranía para saber que debe tener capacidad camaleónica para no imponer un estilo ni un sistema de juego si su primera idea no funciona. Quiere asumir toda la responsabilidad y se la quita a los jugadores. Lo admito, me gusta. Djukic ilustra la regeneración.

Otro error está pendiente de solventarse. El presidente se equivocó dejando la confección de la mayoría del plantel en manos de Ferrer. Asumió el poder que le correspondía a Pedro Cordero. Es la hora de Djukic para llevar al equipo con vida hasta enero. En invierno, debe ser la hora del cartagenero, como el año pasado. Porque también es necesaria la regeneración de la plantilla.