CONGRESO

En busca de la «farmacia 2.0»

Un servicio de seguimiento sanitario en las boticas supondría un descenso del 50% en los ingresos hospitalarios

En busca de la «farmacia 2.0» miguel ángel

r. c. m.

Ir a la farmacia simplemente a comprar un medicamento podría convertirse en una actividad anticuada e incompleta. Estos centros van a más o, al menos, ése es el reto que persigue un nutrido grupo de profesionales del sector. Ellos han dado a conocer los resultados de un programa Consigue, una iniciativa que concede a las boticas un papel primordial en el «seguimiento» sanitario de los ciudadanos. Uno de sus impulsores, Fernando Martínez, director de la Escuela de Análisis Clínicos de la Universidad de Granada, tiene claro que el desarrollo de las medidas que incluye este proyecto acarrearía un «ahorro muy importante» a las maltrechas arcas de la Sanidad pública. Todo ello lo ha expuesto en el marco del XIX Congreso Nacional Farmacéutico, que concluye hoy en Córdoba tras días de intenso trabajo.

Las farmacias del futuro en España tienen su espejo en las de países como Canadá, Suecia, Estados Unidos o Finlandia. Allí, estos centros representan un complemento «necesario» para la Sanidad. El descenso del número de pacientes que acuden a los hospitales y unidades de Urgencias y, sobre todo, la «mejora de la calidad de vida» son, en líneas generales, las principales consecuencias que tendrá la puesta en marcha de estas nuevas boticas. El proyecto no está del todo en ciernes. Ya se ha probado en más de un centenar de farmacias y «funciona».

Martínez apunta que la prestación del servicio farmacoterapéutico permite reducir en un 56% los problemas de salud no controlados, en un 49% los pacientes que refirieron haber acudido a Urgencias y en un 55% los hospitalizados. Martínez va más lejos a la hora de calcular los beneficios de este nuevo concepto de farmacia y subraya que de los datos recogidos durante seis meses de investigación se desprende que los pacientes que recibieron el servicio experimentaron una mejora significativa de la calidad de vida percibida, con un aumento de 6,6 puntos de media.

Ahora, concreta Martínez, todo esto habría que traducirlo en euros. De momento, bastaría con tomar como referencia lo que cuesta un día de hospitalización, que se sitúa en torno a los 146 euros. Si esa cifra se multiplica por todos los pacientes que dejarían de ocupar una habitación en un centro sanitario las cantidades serían millonarias en muy poco tiempo. Ahora bien, ¿qué hace falta para que todo esto sea una realidad? Para empezar, a muchas boticas les faltaría espacio, pues este tipo de atención farmacoterapéutica requeriría una zona adicional para atender a los pacientes, pues «no podemos realizar la asistencia en el mostrador, con otros clientes o pacientes delante», declara Martínez.

En busca de la «farmacia 2.0»

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