HAY QUE FRENAR EL DÉFICIT AUTONÓMICO
Hacienda debe detener el derroche autonómico para cumplir las metas de déficit establecidas. La permisividad y tolerancia mostradas hacia algunas regiones es muy negativa
TODO apunta a que la mayoría de comunidades autónomas superarán el límite máximo de déficit público marcado para 2014 en caso de que el Gobierno no reaccione de forma urgente para corregir esta situación, con el consiguiente riesgo para el cumplimiento de la correcta senda de consolidación fiscal seguida por España. El conjunto de las autonomías registró un agujero presupuestario de 10.475 millones hasta el pasado julio, equivalente al 0,98% del PIB, lo que supone 0,22 puntos más que en el mismo período del pasado año, rozando ya el objetivo del 1% fijado para el ejercicio. De hecho, seis regiones superaron ese umbral, con Navarra a la cabeza (2,59), seguida de Extremadura (1,93), Murcia (1,42), Castilla-La Mancha (1,4), Andalucía (1,39) y Cataluña (1,22). Asimismo, el desvío de Aragón, Comunidad Valenciana y Madrid osciló entre el 0,8 y el 0,95%, acercándose también peligrosamente al fatídico límite. Lo más preocupante es que, en ausencia de medidas adicionales para frenar este descontrol, el déficit autonómico amenaza con elevarse hasta el 1,8% del PIB a cierre de 2014, casi duplicando el objetivo establecido, según los cálculos publicados el pasado martes por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Tan solo Navarra y Canarias se situarían por debajo del 1%, mientras que Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña liderarían el ranking de regiones incumplidoras, con agujeros muy superiores al 2%. El caso de Cataluña es sangrante si se tiene en cuenta que el Gobierno central ha inyectado más de 40.000 millones a la Generalitat a lo largo de la legislatura para financiar sus servicios básicos y pagar a sus proveedores, además de permitirle presentar un déficit mayor al del resto de comunidades en 2013, sin que estas ayudas y prebendas hayan servido para subsanar la nefasta política económica y la ruinosa gestión presupuestaria de los nacionalistas catalanes.
Hacienda debe frenar el derroche autonómico para cumplir las metas de déficit establecidas. La tolerancia con algunas regiones es muy negativa, ya que contradice la adecuada estrategia de contención y la estricta senda de cumplimientos presupuestarios que ha seguido el Ejecutivo para recuperar la solvencia y credibilidad de España. Además, pese a los ajustes realizados, las comunidades aún presentan un numeroso abanico de entes y organismos inútiles, cuya eliminación no afectaría a los servicios públicos básicos y permitiría ahorrar mucho dinero a los contribuyentes. Hacienda tiene todas las herramientas legales a su disposición para poner las cuentas regionales en orden y meter en vereda a las autonomías más incumplidoras, gracias a los mecanismos que establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Solo hace falta voluntad política para poner fin a los tics de despilfarro que aún perduran en las autonomías.
