Madrid promueve un circuito urbano de Fórmula 1
Hace ya más de un año que a Bernie Ecclestone le sonó a música celestial una idea que Antonio Mesquida le expuso en un desayuno. El empresario español, pasajero habitual de la Fórmula 1, intermediario profesional y propietario de algunos derechos relacionados con el negocio, le plasmó una idílica visión futurista. Un gran premio por el centro urbano de la capital, coches a escape por la Puerta de Alcalá, el Museo del Prado o la Gran Vía. Un borrador que tenía más de sueño que de proyecto real. La respuesta del magnate de la F1 descolocó a Mesquida. El supremo Ecclestone tiene fama de ver lo que otros no ven. «Adelante, me gusta», le contestó. Le colocó, eso sí, un límite ineludible: solo habría una carrera en España en cualquier futuro. Eso quiere decir que si el circuito de Montmeló renueva su contrato con la F1, que concluye en diciembre de 2016, el boceto de Madrid se desvanecería y dejaría de existir. Y solo podría cristalizar a partir de 2017, siempre y cuando los responsables del trazado catalán no lleguen a un acuerdo con su eminencia.
Desde esa conversación, un plan crece a la sombra de las instituciones políticas, a las que el empresario madrileño todavía no ha presentado el proyecto. Según avanzó ElConfidencial.com y ratificó Mesquida a ABC, el presupuesto del Gp nunca bajaría de 50 millones por cada edición. Frente a ese desembolso anual, el empresario del motor ha acudido al lugar que reúne todos los ingredientes para financiarlo: Dubái, el emirato donde rebosan los dólares y una auténtica pasión por los monoplazas.
Financiación en Dubái
«Tengo garantizado el 80 por ciento de la financiación a través de un fondo de capital riesgo de Dubái. Existe un aval bancario que ya le presenté a Bernie Ecclestone», aseguró Mesquida a ABC. El propósito del promotor es construir un proyecto con dinero privado al cien por cien, sin intervención de los fondos públicos como sucedió en el gran premio de Valencia y que provocó una gran contestación social. No se entendería la aportación de dinero público en una comunidad con 600.000 trabajadores sin empleo. Valencia celebró cinco carreras hasta que se secó el grifo de las instituciones y Ecclestone reclamó el dinero que no le llegaba.
Aún en mantillas, no existe un boceto del trazado madrileño. «Esto sería lo último. Lo primero es presentar el plan a la Comunidad y el Ayuntamiento y conseguir su respaldo. Madrid ha perdido una gran cuota de turismo en España y un gran premio de Fórmula 1 sería un escaparate idóneo», cuenta Mesquida.
En cualquiera de los escenarios, el circuito transitaría por las zonas emblemáticas del centro de la capital de España. La idea del promotor es una carrera que se deslice por la Puerta de Alcalá, la plaza de Cibeles, el Museo del Prado, la plaza de Neptuno, la Gran Vía y el Paseo de la Castellana. Una conocida firma de videojuegos ha recreado en uno de sus productos un gran premio por las calles de Madrid, que no sería muy distinto a lo que le ha propuesto Mesquida a Bernie Ecclestone.
El encanto urbano
El empresario madrileño manifestó a ABC que se ha entrevistado con responsables de la legendaria carrera de Mónaco y con la dirección del GP nocturno de Singapur para recabar pormenores sobre la singularidad de un certamen urbano en la Fórmula 1. Llevar los bólidos y el montaje de la F1 al centro de Madrid conlleva necesariamente apoyos políticos y sociales, tanto por las características del circuito como por sus repercusiones en la ciudad. El ruido y los inconvenientes de tráfico que acarrea una obra de esta envergadura requieren un cierto consenso social.
Todo el castillo de propuestas y alternativas para un gran premio de Madrid depende ahora de que Bernie Ecclestone y la dirección de Montmeló alcancen o no un acuerdo para renovar su vínculo. El trazado catalán paga alrededor de 20 millones de euros anuales por acoger la carrera. Y desde 1991 se mantiene inalterable en el calendario del Mundial: 24 ediciones ininterrumpidas que, al decir de algunas fuentes, Ecclestone no quiere cortar. Pero la tendencia en la F1 del nuevo siglo son los circuitos urbanos, una inclinación que el magnate ha dejado clara en sus últimas elecciones.