Un día para celebrar
He seguido intensamente la evolución de Teresa Romero, auxiliar infectada por ébola por cuidar a unos misioneros. La noticia de la negatividad del primer PCR para la detección del virus nos da claros indicios de que Teresa se ha curado.
Todos nos alegramos. La sanidad española está de enhorabuena. Todas las personas que han participado en el manejo y tratamiento de esta paciente han mostrado un nivel profesional muy alto. Y por ello hay que felicitarles muy encarecidamente y extender la felicitación al resto del mundo sanitario. Animo a los españoles a que se sientan orgullosos de la sanidad que tenemos y valoren, en todo momento, el esfuerzo personal que supone enfrentarse a patologías totalmente desconocidas.
Siguiendo la máxima de que «todo es para bien», la crisis del ébola nos debe hacer reaccionar. Decía al principio que yo lo celebraré. Me tomaré un puñadito de percebes gallegos, que en los meses con «r» están asequibles, y brindaré por Teresa y Javier. Se lo merecen. Y siento el sacrificio de «Excalibur», pero para mí siempre serán las personas antes que los animales.