CARTASAL DIRECTORBanca pública andaluza
Es el nuevo proyecto de la Junta, PSOE e IU al alimón, una banca pública, instrumento de crédito dice Valderas que nos podría «servir para nuestras pymes y a un más largo espacio de tiempo para las propias familias», nunca mejor dicho, las familias socialistas. Otra entidad más a añadir a la Administración paralela donde colocar a exalcaldes y diputados sin escaño. Curioso, dicen «odiar» al capitalismo pero no pueden vivir sin él, pronto se acostumbran al placer y la buena vida. Y es que como el chollo de las cajas se les ha acabado no dejan de buscar cómo y de qué manera hacerse con un poder económico y financiero para, como en aquellas, manipular y disponer del dinero público; y el destino ya se sabe, la malversación y la corrupción, el mismo que llevaron el dinero de los parados, los ERE o los fondos de Formación. Nada para las pymes ni para las familias que sólo son la pantalla del proyecto.
No son de fiar, han engañado y mentido mucho tiempo, ya llevan más de treinta años haciéndolo, y de sobra se sabe el fin y el destino de esa banca pública, la financiación de PSOE e IU, y alguna que otra pyme o familia, siempre afines, para cubrir el expediente. Además, estaría regentada por políticos, familiares o allegados al partido; un nuevo chollo.
El ICO nacional ya cumple con el crédito para empresas y pymes, y si de verdad están interesados que canalicen aquél, incluso el de las familias, para que obtengan los créditos, pero no para administrar el dinero público que «no es de nadie» según el partido. Tienen una tarea importante que hacer, no crear un ente nuevo, y es exigir a la banca la concesión de créditos y vigilar y denunciar sus prácticas abusivas, comisiones, intereses y una usura y avaricia sin control. Por otra parte,se trata de una autonomía, no un estado, y no hay porqué tener las mismas instituciones y competencias que aquel. Sí cumplir, y no lo hacen, con los compromisos que adquieren con empresas, pymes, ayuntamientos y ayuda a las familias, y no pagan, como la dependencia. La banca para los profesionales, no para los políticos que podían mejor dedicarse a defender, como queda dicho, los intereses de los usuarios y ahorradores.
