Lamentable, pero cierto...

MANUEL ARMENTEROS MARTOS

Nos conducen al enfrentamiento. Yo no lo deseo, pero alerto de ello. Desgraciadamente esto es algo más que un titular; puede ser una realidad más que previsible, debido a la actitud persistente e instalada en la ilegalidad desde hace décadas por los máximos responsables políticos del parlamento autonómico catalán (región española, nunca nación, y antaño CONDADO de Barcelona). Por el incumplimiento sistemático de nuestras leyes fundamentales constitucionales. Incumplimiento que comienza abandonando desde el principio la lengua común y oficial española, y continuando enseñando una historia falsificada de Cataluña, conducta que ha sido y continúa siendo delictiva y nunca obligada a cumplir. Por el contrario, ha sido permitida y alentada. Recuerden la frase del insigne Zapatero cuando dijo aquello de: «aprobaré y apoyaré todo lo que venga del parlamento catalán», desoyendo las sentencias de las instancias judiciales.

Hoy hemos llegado a un punto de no retorno que exige que sean apartados de sus altos cargos parlamentarios los máximos dirigentes catalanes. Y aplicando fielmente el articulado de nuestra Constitución, especialmente el art. 155, la autonomía catalana debería ser intervenida y controlada por el Gobierno de la Nación. Pues hemos entrado en un «callejón sin salida pacífica». No ya sólo por la bancarrota o quiebra económica y social alcanzada, sino por la contumaz e ilícita dirección hacia la ruptura política y territorial de nuestro Estado, que culminará (si no es intervenida) con el enfrentamiento que anuncio, por la división causada. No solo entre los propios catalanes, incluyendo a sus empresarios, sino entre los catalanes y el resto de españoles, que ya están cansados de los continuos privilegios y del victimismo abusivo del que hacen gala los nacionalistas, arrastrando a la sociedad en su locura.

La consulta independentista, ya a las puertas, continúa sin parar, como su ridículo y bochornoso reloj. Pues sea ésta legal o ilegal, plebiscitaria o no, de consulta o de emboscado referéndum… se realizará, se consumará, y las urnas saldrán a la calle. Votará cada catalán cuantas veces quiera, ya que no existe un listado de control, con lo cual ¿quién reconducirá después pacíficamente la situación, tras el resultado del “sí” manipulado y conseguido de esta manera? Nadie. Por consiguiente, reconstruir la situación será imposible. El enfrentamiento entonces, lamentable pero ciertamente, estará garantizado. Y para evitarlo habrá que mostrar «el brazo legítimo de la fuerza del Estado».

Lamentable, pero cierto...

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