El impacto visual de las tiendas y bares en la zona Unesco aumenta

Un estudio plantea medidas como elaborar un código de buenas prácticas

B. LÓPEZ

Un estudio acaba de arrojar luz sobre uno de los problemas más conocidos del Casco, pero menos analizados: la contaminación visual. En concreto, disecciona la zona Patrimonio de la Humanidad (San Basilio, Judería y Mezquita-Catedral con su entorno) y concluye que el «principal problema» de su paisaje lo generan las tiendas y los negocios de hostelería. También da soluciones que ya serían de aplicación para todo el Casco, como redactar un código de buenas prácticas, que concrete qué se puede hacer.

El análisis surge en el marco del recién nacido Plan Turístico de Grandes Ciudades, por el que la Junta y el Ayuntamiento inyectarán en el sector 5 millones hasta 2016. Su responsable es el estudio de diseño Amador Esteban & Asociados. El socio fundador de esta firma y experto en interpretación del Patrimonio, explicó ayer que les contrató el Ayuntamiento para elaborar un plan de señalización del Casco, pero «antes de eso había que poner un poco de orden en la casa y hacer un diagnóstico» sobre el paisaje urbano.

La conclusión, avanzó, es que en la zona Patrimonio de la Humanidad del Casco hay una «gran contaminación visual que tiene que ver con las tiendas y establecimientos de hostelería, orientados al visitante». Avisó de que este fenómeno negativo, con el auge del sector turístico en los últimos años «se ha descontrolado mucho más».

Amador Esteban indicó que «el principal problema» es la afección que sufre el paisaje urbano por la «sobreexplotación» que realizan comercios, bares o restaurantes, con prácticas como «publicidad agresiva», que son los casos en que se ocupa «buena parte de la fachada con todo tipo de reclamos»; rotulación «excesiva e inadecuada»; exposición «caótica» de mercancías en la calle o invasión del espacio público por instalaciones como toldos.

Además, el informe ha detectado factores de contaminación visual «puntuales», pero «menores» comparados con el vinculado a tiendas y hostelería. Hay problemas de señalización, de algunos solares que llevan mucho sin edificarse o «el típico del cableado». En cuanto a este último, recordó que hay una «normativa municipal y el plazo de las eléctricas para eliminarlo es 2018». «Lo que hay que hacer es poner en práctica dicha normativa y fijar planes de retirada», ahondó.

Otro aspecto que recoge es la presencia de veladores en esta zona del Casco —con ellos hay controversia en muchas zonas de la ciudad—. Sugieren «revisar el espacio que ocupan» y al menos fijar unos mínimos para las terrazas, como que sólo puedan usar parasoles y sillas o que éstos no lleven publicidad.

«Fácil de eliminar»

El responsable del estudio aclaró que la «zona más afectada» por la contaminación visual la forman las calles Deanes, Manríquez, Cardenal Herrero y Magistral González Francés. Es un problema, avisó, que se «va extendiendo» por el eje que parte de la Mezquita-Catedral hacia la plaza del Potro. Se debe, insistió, sobre todo a la contaminación visual que causan los establecimientos. Alertó de que el daño al paisaje urbano es «tirar piedras contra nosotros, contra nuestro atractivo turístico, porque deteriora la imagen del Casco que, según el Observatorio Turístico municipal, es lo más valorado por los viajeros; más que la Mezquita-Catedral», explicó. Lo mejor, siguió, es que todo es «fácil de eliminar».

El trabajo de esta consultora aporta medidas para combatir este fenómeno negativo, si bien, recalcó, será el Ayuntamiento quien decida si se aplican o no. La premisa para cualquier actuación, y es algo en lo que el Consistorio «está de acuerdo», sería hacerla conjuntamente con los empresarios y vecinos.

Una nueva ordenanza

El estudio plantea dos medidas. Una es elaborar una nueva ordenanza municipal que regule el paisaje urbano del Casco. Ésta consistiría más bien en aglutinar la normativa ya existente, «muy dispersa» que en añadir algo nuevo. Esteban argumentó que una buena parte de la reglamentación está en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico, pero también hay «ordenanzas específicas sobre publicidad, veladores, cableado...». Por lo tanto, sería «refundirlo en una única ordenanza». Y la segunda herramienta que este informe plantea es redactar un catálogo de buenas prácticas. Su objetivo es que empresarios y vecinos sepan «qué se puede hacer, y qué no» y que haya «un modelo a seguir».

Tras activar estos mecanismos, debería haber, profundizó este consultor, un «esfuerzo de control y cumplimiento» de la normativa. De hecho, sugieren hacer un «análisis exhaustivo inmueble por inmueble y una propuesta de adaptación a la futura ordenanza, con un plazo voluntario para hacerlo e incluso con posibles ayudas».

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