Derrota del filial

El Córdoba B pierde la condición de invicto en casa ante el San Roque de Lepe

Derrota del filial VALERIO MERINO

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

El Córdoba B cerró ayer un fin de semana para olvidar en clave blanquiverde. Ante el San Roque de Lepe, firmó el filial su peor partido como local y sufrió una clara derrota por 0-2, la primera del año en casa. Los pupilos de José Antonio Romero nunca lograron hacerse con el control ante un conjunto ordenado y eficiente, al que le bastó con afrontar el duelo con seriedad y aplicar con corrección un pequeño puñado de conceptos tácticos para llevarse el triunfo.

Nunca le causó verdaderos problemas el cuadro blanquiverde. Quién sabe si el rumbo del partido podría haber cambiado en el minuto 37, en el único acercamiento de los locales al área de Nico durante el primer tiempo. No acertó con la meta lepera José Fran, que cruzó en exceso su disparo ante la salida del portero. Hasta entonces, el público no había tenido motivos para aplaudir. Le sobraban para bostezar. El filial, igual que su afición, parecía contagiado del clima de zozobra que se ha instalado en el primer equipo.

Quizá el miedo al error atenazaba a los dos contendientes, que rara vez se atrevieron a imaginar un pase distinto al aburrimiento. Se notó en exceso la baja de Damián en las filas califales. Las defensas no sufrían, pero en el descuento del primer acto se le atragantó a la zaga blanquiverde un centro desde la banda derecha del San Roque. La pelota alcanzó el segundo palo sin que nadie acertase a despejar, y allí tampoco lo hizo en la dirección adecuada Cristian, que cabeceó hacia su portería. Nada pudo hacer Villanueva para evitar el 0-1. Terminó de la peor manera posible el primer tiempo y arrancó el segundo en la misma línea. Toscano midió mal su salto para interceptar un balón cruzado y lo aprovechó Mustafá para colarse en el área y disparar a la madera. Iván Aguilar recogió el rechazo y fusiló al portero local.

Al Córdoba B le quedaban 45 minutos para buscar el empate, pero se repetiría la historia del Córdoba-Málaga del sábado: un quiero y no puedo en el que sólo Quiles, en el minuto 61, y Juanfran, en el descuento, tuvieron oportunidades de recortar distancias. Nico, el arquero del San Roque, espléndido en el arte del mano a mano, evitó que los blanquiverdes maquillasen un resultado que no engaña. El filial, que pese a perder hace una semana frente al Sevilla Atlético comenzó la novena jornada empatado a 13 puntos con el segundo clasificado, terminó cayendo a la zona media de la tabla del grupo.

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