La Policía interviene medio millón de archivos de 10.000 víctimas a un pedófilo
El detenido, de 32 años, coaccionaba a los menores para obtener las imágenes
Unos 500.000 archivos pedófilos, y la cifra todavía puede aumentar. El Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba se ha incautado de ese medio millón de fotografías y vídeos en el operativo que, a mediados de septiembre, se saldó con la detención de un varón de 32 años, residente en la capital, tal y como adelantó este periódico.
El subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, junto a los jefes de las unidades encargadas del caso presentaron ayer los detalles de esta investigación sin precedentes, que ha permitido enviar a prisión al presunto autor de los hechos, al que se imputa delitos de corrupción, posesión y distribución de pornografía infantil, amenazas y defraudación de telecomunicaciones. El número exacto de víctimas del encausado se desconoce, pero de momento supera los 2.000 en España y los 10.000 a nivel mundial.
El origen de las pesquisas fue la denuncia interpuesta en mayo por la madre de una de las víctimas que, de manera casual, descubrió que su hijo, de unos 13 años, mantenía una conversación en un chat privado de la red social Facebook con una joven. Había enviado a la chica, que, al parecer tenía su misma edad, fotos y vídeos de índole explícitamente sexual, tanto suyos como de su hermano menor.
80 contactos
De inmediato, los agentes especializados en la investigación de delitos telemáticos comenzaron a seguir la pista del supuesto pedófilo. En un principio, los efectivos se centraron en la inspección de su perfil en Facebook, donde se hacía pasar por una niña. Comprobaron que tenía agregados a otros 80 contactos, todos ellos varones que no superaban los 14 años.
De forma paralela, el equipo encargado del caso logró determinar que un total de 40 menores, residentes en Córdoba, también habían enviado a la presunta joven imágenes íntimas, sin sospechar que se trataba un «depredador» sexual, tal y como lo definió el jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de Córdoba, Francisco López.
En todos los casos, la forma de captar a los menores era siempre la misma. Las potenciales víctimas aceptaban la petición de amistad de una presunta chica para contactar con ellos por el chat privado de Facebook. La conversación que iniciaban derivaba siempre en la petición a los chicos de fotografías y vídeos de alto contenido sexual. Cuando el pedófilo tenía esos archivos los utilizaba para chantajear y amenazar a los jóvenes con divulgarlos si no le enviaban nuevo material. Incluso llegaba a decirles que haría daño a sus familias si no accedían a cumplir sus exigencias, que pasaban por pedirles, incluso, imágenes de sus hermanos más pequeños o que grabaran a otros niños en los vestuarios de piscinas o recintos deportivos.
Los efectivos, tras las preceptivas indagaciones, lograron determinar la identidad del presunto autor, de 32 años, con antecedentes por pornografía infantil, que contaba con la titulación de técnico superior en sistemas de telecomunicaciones e informáticos, así como otras en redes de internet. Los policías dedicaron seis horas al registro de su piso, donde intervinieron los 500.000 archivos pedófilos.
El subdelegado aplaudió la operación policial, puesto que, según remarcó, «ha permitido detener a la persona encargada de obtener de primera mano las imágenes». Además, quiso lanzar una recomendación a los padres «para conozcan el uso que hacen sus hijos de las redes sociales».
Por su parte, el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, José Miguel Sáez, destacó, igualmente, el hecho de que «hayamos conseguido dar con el productor de los archivos y ficheros pornográficos, obtenidos mediante el engaño y la coacción».
Finalmente, Francisco López, encargado del operativo que ha detenido al delincuente, llamó la atención en el «exagerado número de víctimas. Hablamos de más de 10.000. El arrestado estuvo más de dos años realizando esta actividad diariamente desde las 11.00 hasta las 4.00 horas».
El jefe policial, que dijo no haberse encontrado jamás con un caso así, apuntó que «lo único que parecía preocupar al supuesto pedófilo cuando lo detuvimos era saber cómo lo habíamos localizado». El Juzgado de Instrucción número 8 mantiene la investigación abierta, puesto que se desconoce si el pedófilo distribuyó los archivos y a quién.
De izquierda a derecha, Sáez, Primo Jurado, el comisario, Leoncio Lorente, y Francisco López
