El Málaga, entre el cielo y la tierra
El equipo blanquiazul pone fin a la era de los petrodólares y se amolda a la clase media de la Primera División
Un gol en el descuento y en fuera de juego terminó de la forma más cruel con el sueño más bello del Málaga, que estuvo a punto de colarse entre los cuatro mejores equipos de Europa el 9 de abril de 2013. Podría parecer que no hace tanto de aquella eliminatoria de Liga de Campeones. Sin embargo, el tiempo se mide en el mundo del fútbol de un modo bien distinto. Apenas ha pasado un año y medio. Las camisetas todavía nuevas de Baptista, Joaquín, Isco o Toulalan darán el sábado color blanquiazul a la zona de El Arcángel reservada para la afición visitante. Pero esos ídolos pertenecen ya al pasado. Ninguno pisará el césped del coliseo cordobés.
Contra el Córdoba se medirá un equipo mucho más terrenal. Los petrodólares de Al Thani han dejado de sostener un proyecto deportivo que fue capaz de competir con los mejores clubes del continente. A Xabi Gracia le ha tocado empezar de cero. El técnico aterrizó en verano en la Rosaleda y vio salir a algunos de los últimos recuerdos de la era dorada como Eliseu, Jesús Gámez o Caballero. No le quedó otra que ajustarse a la realidad económica, la misma que limita a la gran mayoría de equipos de Primera. Con un presupuesto humilde, decidió reservar el talento para la zona de ataque y estructurar un 4-2-3-1 bastante sólido en defensa. Un plan estándar que han aplicado al menos diez equipos de la zona media-baja de la categoría.
En ataque
Roque Santa Cruz, un delantero internacional aunque en el ocaso de su carrera, constituye la principal amenaza del Málaga para las defensas rivales. El ariete paraguayo maneja bien su 1,91 de estatura: aguanta balones y genera peligro por alto, pero también tira buenos desmarques y genera espacios para sus compañeros. Rompió su sequía goleadora la pasada jornada, si bien es cierto que anda lejos de su mejor nivel.
Mucho más entonada se encuentra la línea de mediapuntas. En esa zona, guarda algunas similitudes el cuadro boquerón con el Córdoba: multitud de efectivos, bastante calidad y, por tanto, opciones de sobra y más que interesantes a disposición del entrenador. Xabi Gracia podría optar por un viejo objeto de deseo de la directiva blanquiverde, como Luis Alberto, para actuar como enganche. El jugador gaditano tiene libertad para imaginar y para caer a las bandas. También aprovecha su movilidad el internacional marroquí Amrabat, que posee un cambio de ritmo difícil de frenar. Estos futbolistas, cedidos por el Liverpool y el Galatasaray respectivamente, generan las acciones más vistosas del conjunto de la Costa del Sol. Juanmi y Horta compiten por el puesto restante en la línea de tres cuartos de campo. Desde el banquillo, a sus 34 años, espera su turno Duda, que mantiene su exquisito golpeo de balón, pero al que el físico no le permite ofrecer noventa minutos de calidad.
En defensa
El doble pivote del Málaga está diseñado para defender. Ningún alarde técnico, todo el trabajo táctico. Camacho y Darder. Kilómetros de basculaciones, coberturas y ayudas. En el círculo central, en dirección al campo propio, se termina la creatividad. Ahí comienza a forjarse un bloque compacto que ha encajado siete goles en otras tantas jornadas.
El eje de la defensa reúne experiencia y poderío físico. Sergio Sánchez y Weligton apenas sufren por alto y resuelven sin excesivas complicaciones los balones frontales. Junto a ellos, en los laterales, se han asentado Rosales (derecha) y Antunes (izquierda), ambos con buenas condiciones para incorporarse al ataque y propiciar situaciones de dos contra uno en las bandas. En la portería, Carlos Kameni le ha ganado la titularidad a Guillermo Ochoa, una de las estrellas del Mundial 2014 y quizá uno de los fichajes más llamativos del Málaga en el último mercado veraniego.
A balón parado
Las acciones de estrategia ya han reportado valiosos puntos al equipo blanquiazul este año. Duda es su principal especialista, tanto en los libres directos como en los saques de esquina y faltas laterales; aunque, en su ausencia, suele ser Luis Alberto el encargado de poner el balón en juego. Un envío preciso se convierte, en el equipo de Xabi Gracia, en sinónimo de peligro para el rival. En busca del remate acuden Camacho, Weligton o Sergio Sánchez, que se suman a la imponente figura de Santa Cruz. Las torres malaguistas volverán a poner a prueba la concentración y la intensidad en el marcaje del sistema defensivo del Córdoba de Albert Ferrer.