PENAS MÍNIMAS POR EL CASO MADRID ARENA
EL Ministerio Fiscal solicita cuatro años de prisión para el empresario Miguel Ángel Flores por el caso Madrid Arena, que provocó la muerte de cinco jóvenes en una fiesta de Halloween. El defensor de la legalidad califica los hechos como delito de homicidio por imprudencia grave y pide también penas inferiores para otros once acusados, además de la inhabilitación de los médicos imputados. La gran mayoría de los españoles no conseguirán entender que se soliciten sanciones tan leves por delitos de tanta gravedad, que produjeron dramas personales irreparables y una fuerte alarma social. Dando por supuesto que el fiscal actúa, como es su deber, de acuerdo con la ley vigente, la cuestión se traslada al ámbito político. Aunque ya no sería aplicable a este caso por el principio de retroactividad, el Gobierno debe promover una reforma legal para evitar que conductas de este tipo tengan una sanción muy inferior a la que merecen según un elemental sentido de la justicia. La vida de unas jóvenes que solo pretendían pasar una noche de fiesta con sus amigos no puede valorarse en menos de un año de privación de libertad por cada uno de esos delitos.
Condenas tan leves, casi irrisorias ante cinco muertes, pueden trasladar a la sociedad una sensación de casi impunidad para conductas motivadas por un afán desmedido de lucro que –como es notorio– pusieron en grave riesgo la seguridad de muchos miles de personas. Lo mismo que no es acertado legislar según la coyuntura y las emociones sociales, tampoco lo es ignorar el sentimiento generalizado que produce en la inmensa mayoría de los ciudadanos esta insólita petición del Ministerio Público. El caso Madrid Arena sigue muy presente en la memoria de la ciudad y de toda España, y si no se hace justicia provocará frustración para los familiares y para el conjunto de la sociedad.
