EL PULSO DEL PLANETA

La moda de la «no moda»

La moda de la «no moda» ABC

ANA UREÑA

La tendencia conocida como «normcore», que llega desde Estados Unidos, está mutando, pero su premisa fundamental sigue siendo la misma

Cuando parece que ya lo hemos visto todo en moda, llega un equipo de visionarios estadounidenses que predicen que la próxima gran tendencia en moda es la «no moda». El palabro que se usa en la jerga fashionista especializada para definirla es «normcore» (normalidad extrema). Entre las principales firmas de ropa que mejor se adaptan a este criterio están la norteamericana Old Navy, con sus básicos de algodón, y la nipona Uniqlo, más conocida como «el Zara japonés» y que acaba de lanzar una colección cápsula de imprescindibles de fondo de armario, con Inès de la Fressange. Su CEO argumentaba hace poco que todas las tiendas de precio medio tienen las mismas prendas y apunta a que la oferta en moda se está volviendo «genérica».

Los más listos han sido los genios del marketing de la firma textil estadounidense Gap, que han usado esta realidad a su favor. Su campaña para este otoño-invierno lleva el lema «dress normal» (viste normal). Además cuentan con embajadores de marca, como las actrices de «Mad Men» y «Girls», Elisabeth Moss y Osia Mamet, y la veterana Anjelica Huston.

Los elementos del estilismo «normcore» son fáciles: vaqueros de una firma «de toda la vida», como Lee o Levi’s, o chándal gris con elástico en el tobillo, zapatillas deportivas básicas (si son blancas, mejor), camiseta de algodón de las que vienen en packs de tres de marca blanca, sudaderas con capucha y forros polares o cortavientos.

Pero, como todo en la moda, esta tendencia que revindicaba el «back to basics» (volver a lo básico) ha mutado en los últimos meses y le ha salido una rama «snob». Será porque los «hipsters» estaban hartos de que se les confundiera con los turistas alemanes que paseaban por Brooklyn con sus sandalias Birkenstock y sus calcetines blancos. Ahora se trata de parecer que uno viste de manera normal cuando en realidad lleva una copia de lo normal en su versión de lujo o edición limitada. Para entendernos: a primera vista puede parecer que la modelo Cara Delevingne, por ejemplo, lleva unas deportivas Adidas modelo Stan Smith de toda la vida; pero en realidad lleva el modelo especial customizado por el director creativo de Dior, Raf Simons, para la tienda parisina Colette.

Y es que las firmas de lujo no han querido quedarse fuera del filón «normcore» y producen su versión de los elementos clave del «look». Esto explica la aparición en el mercado de las Vans de Givenchy o las «flip flops» de piscina (como las de Adidas de toda la vida) reinterpretadas por Marc Jacobs.

Lo único que perdura es la premisa de la tendencia, la paradoja inicial que lo empezó todo: ir con un look ultraestudiado, sin que parezca que el estilismo es forzado.

La moda de la «no moda»

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