las víctimas, personas mayores

Vuelven los timos clásicos

La Policía alerta de la vigencia de engaños como la estafa de la estampita

Vuelven los timos clásicos rafael carmona

d. d.

Frente a la proliferación de nuevas formas de infringir la legalidad que aprovechan el anonimato que ofrece el ciberespacio, a pie de calle siguen registrándose los denominados delitos clásicos, como el de la estampita, también llamado del tocomocho. Así lo pone de manifiesto el comisario provincial jefe del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba, Leoncio Lorente, que apunta que estas prácticas ilícitas se siguen dando y las víctimas «suelen ser personas mayores».

Así, en declaraciones a ABC, Lorente apuntó que «consideramos que estos engaños son más numerosos de los que se denuncian, pero las víctimas, cuando se dan cuentan, sienten vergüenza. Y no solo por el hecho de haber sido timadas, sino de que la culpa se deba en parte a su avaricia».

Informar de los riesgos

Por ello, la Policía Nacional organiza de forma periódica charlas informativas a personas de edad avanzada para evitar que sean el objetivo de los cacos. «Cuando uno se va a haciendo mayor se vuelve más vulnerable. La sensación de miedo aumenta. Así, por una parte hay que transmitirles seguridad y por otra, informarles de los riesgos existentes», dijo el comisario.

La «mancha» es otro de los trucos para robar con el pretexto de «ayudar» a alguien al salir del banco con dinero. La técnica es sencilla: el timador en cuestión mancha a su objetivo y se presta para sacudirle el churrete, aunque lo que hace en realidad es limpiarle los bolsillos.

También está el engaño de la cadena. El sistema consiste en que el delincuente se acerca a la víctima para solicitarle información. Con el pretexto de agradecerle la ayuda prestada, le regala una cadenita como símbolo de gratitud. Al colocarla en el cuello de la víctima aprovecha para llevarse la joya que porte el iluso confiado.

Los momentos de más jaleo en un establecimiento son también el caldo de cultivo perfecto para perpetrar el engaño del billete marcado. Primero entra el compinche y paga con un billete, normalmente de alto valor, con un nombre escrito. Después el compañero paga con uno de inferior cuantía y confunde al dependiente asegurando que ha entregado más y como prueba apunta que el billete estaba escrito.

Precisamente, el Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba ha sentado este año en el banquillo a dos procesados por robar 1.400 euros mediante el «método del hilo». El fiscal apuntaba en su escrito de conclusiones provisionales que el 21 de enero del pasado año, los acusados se dirigieron a un establecimiento de juego y sacaron de la máquina de la ruleta la citada cantidad.

Según el Ministerio Público, «el sistema consiste en atar un hilo alrededor de un surco que practican a una moneda que introducen y van sacando créditos de la máquina para, finalmente, con el hilo, extraer la moneda».

Vuelven los timos clásicos

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