Navidad
Zambombas: el «agosto» de la etapa invernal para Jerez
La cita que se celebra en Adviento ha generado economía local y tiene el aplauso de comerciantes y hosteleros, mientras que los vecinos se muestran insastifechos con la falta de previsión en aspectos como la limpieza o la seguridad
La Navidad y el gasto llegaron con adelanto a Jerez . Un lleno absoluto durante la primera quincena del mes de diciembre en el sector de la hostelería de la ciudad y sin que le haya «costado un duro» al municipio. El abanico de zambombas durante el puente de la Inmaculada sorprendía a autóctonos y foráneos en una ciudad que se caracteriza por la buena acogida a los que la visitan.
ABC ha recorrido las calles del centro histórico de la ciudad para analizar cómo se han vivido estos días previos a la Navidad. Las fiestas navideñas y los villancicos flamencos llenaban las calles sin apenas interrupción y dejando con falta de tiempo a todo aquel que quería vivir una verdadera jornada de Adviento. Desde las peñas, asociaciones y hermandades se ofrecía un calendario de zambombas de lo más sugerente, con la intención de hacer gala de lo que está denominado como Bien de Interés Cultural (BIC). Algunas de ellas incluso han celebrado zambomba por partida doble como son algunas de las cofradías más señeras de la ciudad.
Todos los comercios y establecimientos hosteleros consultados mostraban su satisfacción por los resultados obtenidos en sus respectivos negocios en los últimos dos fines de semana. Coincidían a la hora de asegurar que «ha venido mucha gente de fuera y se ha notado por el gasto que hemos percibido». Bares y restaurantes asumían la llegada de clientes, igual que las cafeterías que veían cómo sus terrazas se llenaban de consumidores que buscaban el calor de un café o una infusión para hacer frente a las bajas temperaturas de las primeras horas de las tardes. En algunos locales se enfrentaban también al uso de los aseos de sus instalaciones por la falta de alternativa en las propias calles para cubrir las necesidades de aquellos que participaban en las barras y en las zambombas.
Ese era quizá uno de los puntos negativos de unas zambombas que en algunos momentos y espacios vivían la saturación de público , como ocurría este sábado en la plaza Plateros a filo de las nueve de la noche donde apenas se podía transitar. Vecinos del entorno manifestaban su queja por la situación de muchas de las calles del centro, aunque eran conscientes de que esta festividad da dinero a la ciudad y a sus negocios. Incluso los puestos ambulantes de algunas zonas afirmaban que la animación en las calles del Casco Histórico había venido muy bien para estas fechas.
También se reclamaba desde visitantes y vecinos la necesidad de que se incremente el número de aseos portátiles por distintas zonas de la ciudad para evitar que se miccione en la calle y que la limpieza no sea todo lo efectiva que debiera. En zonas como la plaza de la Asunción y alguna más se contaba con algunos de estos utilitarios portátiles que resultaban escasos para la cantidad de público que acudía en estos dos fines de semana. Vecinos del entorno de la Catedral y la Cuesta del Espíritu Santo demandaban una mayor limpieza para próximas ediciones después del panorama al que se enfrentaban tras pasar los eventos navideños.
Otro de los aspectos que deberá de mejorar para próximas ediciones es la falta de opciones para estacionar para lo que proponen que se creen bolsas de aparcamiento a las afueras de la ciudad, como puede ser el Distrito Sur, y se habiliten autobuses lanzadera, tal y como se hace para la feria desde distintos puntos de la ciudad.
Una tabla de salvación
Hasta Jerez llegaban numerosos autobuses de distintas partes de la geografía, a la vez que la ocupación hotelera se veía cubierta casi en su totalidad. El presidente de Horeca, la patronal de hosteleros y restauradores de la provincia de Cádiz , Antonio de María, calificaba la repercusión de las zambombas como «fantástica» e incluso considerarlo como un evento « fundamental » para la economía de la ciudad de Jerez y su entorno. Es una «tabla de salvación en pleno invierno» consiguiendo que «el mes de diciembre sea el agosto de la etapa invernal».
A su juicio, « no hay saturación » y puso como ejemplo fiestas a nivel nacional como los sanfermines de Pamplona o las Fallas de Valencia. Cuando en Jerez «no ha habido ningún incidente y las jornadas han sido muy tranquilas y han estado controladas, a la vez que generaban movimiento en la economía local y en el empleo». No sólo se han visto beneficiados los bares, restaurantes y el hospedaje, sino también el resto de proveedores y distribuido res de mercancías.
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