Sucesos

Los usuarios consideran «muy seguro» el aeródromo de Trebujena

El aparato siniestrado pudo caer desde unos 500 ó 600 pies de altura

Campo de vuelo de Trebujena (J.P.)

J. Padilla

La autoridad judicial ya está estudiando las posibles causas del siniestro ocurrido ayer en el aeródromo privado de Trebujena (Cádiz) donde murió un mecánico aeronáutico experimentado, Manuel Ocaña, y otro hombre, A.Q. un militar recién retirado, quedó herido grave al precipitarse el ultraligero que tripulaban desde una altura de unos 500 ó 600 pies (más de 170 metros) tras su despegue. El difunto superaba los 50 años de edad, así como el herido, y ambos eran experimentados aviadores. El aparato cayó en un sembrado de difícil acceso (sólo apto para 4x4) pues el terreno está muy reblandecido por las últimas lluvias. La comisión de investigación de Aviación Civil no ha comunicado todavía si se ha incorporado a este proceso de investigación.

Es el accidente más grave ocurrido en estas instalaciones desde que entraron en funcionamiento hace ya más de diez años fruto de la pasión por volar del abogado jerezano Antonio de la Herrán que, consternado ante la tragedia, dijo a la agencia Efe que podría tratarse de «un fallo estructural» del aparato que se precipitó al suelo momentos después de despegar alrededor del mediodía de ayer. Sospecha que no fue un fallo del motor ya que «este tipo de aparatos puede aterrizar en cualquier sitio. Se ha podido desprender algún soporte, alguna sujeción, pero…»

Sin embargo, como constan en archivos periodísticos , sí se habían registrado otros accidentes ora de ultraligeros ora de parapentes en las mismas instalaciones consideradas por los expertos como muy «seguras» y de fácil vuelo pues sirven de escuela de aprendizaje de varios deportes aéreos. No en vano, a unos 25 kilómetros de distancia de este aeródromo, ya junto al aeropuerto de Jerez, se ubica una escuela internacional de vuelo donde operan aparatos de mayor porte y características de los habituales que se ven Trebujena. Incluso ayer un usuario habitual del primer aeródromo indicó a ABC que «en un primer momento pensé que el avión siniestrado era uno de la escuela internacional. Había visto pasar a uno. Por desgracia me ha tocado de lleno: eran compañeros míos los afectados, aunque no había tenido un trato muy directo».

Esta misma persona reseñó que vuelos hay «prácticamente todos los días» bien de aficionados bien de otras personas que quieren tener un bautizo aéreo. «La aviación es muy segura, pero tiene su riesgo. Vaya a saber uno qué ha pasado, aunque el día es bueno». Los mismos comentarios sobre la seguridad realizan otros usuarios en redes sociales. Ayer había visibilidad, no había llovido y el viento no parecía soplar muy fuerte.

Una instalación salpicada por asuntos turbios

Esa facilidad para volar y su estratégica situación geográfica ha provocado que bandas criminales hayan empleado este campo de vuelo para realizar el transporte de grandes alijos de hachís desde Marruecos a la Península, como recuerda la Guardia Civil. Los agentes del Instituto Armado han realizado ya varias operaciones antidroga durante los últimos años que, evidentemente, han perjudicado la imagen de la instalación y de sus honrados usuarios. Es tal la indignación entre esas personas que en su entrada reza este significativo cartel: «Reservado el derecho de admisión. Prohibida la entrada a personas incursas en procedimientos penales por supuestos delitos contra la salud pública».

 

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