Violencia de género
Solicitan veinte años de cárcel a un jerezano que mató a su esposa
El único hijo del matrimonio ejerce la acusación particular
La sección octava de la Audiencia Provincial de Cádiz (Jerez) acoge desde el próximo lunes el juicio, que se celebrará con jurado popular, por el crimen de Raquel Barrera, una jerezana de 42 años asesinada -presuntamente por su marido-en la primavera 2014. El juicio comenzará con la constitución del jurado y se desarrollará hasta el próximo día 14. Entre el lunes y el viernes de la próxima semana se han fijado sesiones de mañana para la práctica de pruebas contra el acusado, de 46 años, quien presuntamente asestó varias puñaladas con un cuchillo de cocina a su mujer tras mantener una discusión en el domicilio conyugal la madrugada del 6 de abril de 2014.
El Ministerio Fiscal pide 18 años de prisión para el marido de la víctima, pena que la acusación particular eleva a los 20 años: es la máxima condena que establece el Código Penal para un delito de asesinato que entiende que incurrió el imputado el día de los hechos.Se da la circunstancia de que, aunque solicitarán penas idénticas, la acusación particular será ejercida de forma separada por los padres de la víctima y el único hijo en común del matrimonio, de 24 años (se encontraba fuera cuando se produjo el caso). Además, la Junta de Andalucía también se persona en este caso como acusación popular.
La defensa, por su parte, ha solicitado que el acusado sea castigado por un delito de homicidio y no de asesinato . La acusación, en su escrito de calificación, asegura que el acusado apuñaló a su mujer «sorpresivamente y por detrás» en la cocina, cuando ella estaba conectada a una red social. En el mismo escrito, la acusación precisa que los dos habían salido esa noche con otra pareja a cenar y habían estado con los padres de ella, con los que el acusado mantenía prácticamente una relación «Paterno filial» (al llevar tiempo él desempleado y depender de su familia política) casados más de 20 años sin que ella hubiera presentado nunca denuncia por malos tratos.
El procesado, que permanece en prisión desde dos días después del suceso, confesó los hechos ante la Policía, a la que él mismo alertó para que acudieran a la casa, pero luego se negó a declarar en comisaría y en los juzgados.