Narcotráfico

La presión policial desata una escalada de violencia entre los narcos

Torturas, ajustes de cuentas y secuestros, a la orden del día; el mecánico de Salvamento Marítimo detenido en una operación en el Campo de Gibraltar recibía 30.000 euros por chivatazo

Unos narcos salvan a unos guardias civiles caídos al mar en una persecución en Málaga y luego los detienen

Agentes de la Policía Nacional detienen a un hombre en La Línea en una operación de contrabando Nono Rico

Soraya Fernández

Tres hombres tirados desde a una cuneta en Chipiona (Cádiz) por un ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Fueron arrojados de un vehículo en marcha con las manos atadas. Recibieron una paliza por un ajuste de cuentas o fueron torturados por sicarios para que hablaran. Uno falleció y los otros dos están heridos, uno de ellos grave.

Aunque parece el guión de una película, los hechos son reales. El macabro suceso ha puesto de manifiesto la escalada de violencia que se ha desatado entre estas organizaciones criminales, y no es el único. Los secuestros, torturas y ajustes de cuentas están a la orden del día entre los clanes de la droga. En La Línea de la Concepción, en agosto del año pasado, dos narcos lanzaron a otro desde un decimotercer piso. Realizaba labores de vigilancia para narcotraficantes desde su vivienda.

En Granada, la Guardia Civil investiga un posible tiroteo que puede estar relacionado con una compraventa frustrada de marihuana.

La lacra del narcotráfico, que experimentó un notable repunte en el Campo de Gibraltar hace dos años, se ha extendido a otras zonas de la provincia pero también de Andalucía, como Málaga, Huelva y Sevilla . Los todopoderosos narcos del Campo de Gibraltar, asfixiados por la presión policial, se han aliado con los de otras provincias andaluzas para seguir introduciendo grandes cantidades de hachís, se han reinventado y han ingeniado sofisticados métodos y todo un entramado logístico para traficar con hachís y blanquear el dinero procedente del narcotráfico.

Las continuas operaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han descabezado a muchas de estas organizaciones, como la de los hermanos Tejón de La Línea, conocidos como «Los Castaña» , ambos en prisión; o la El Messi del Hachís, de Algeciras, huido de la justicia, aunque su entramado sigue actuando.

Las fuerzas policiales siguen presionando e investigando, lo que ha provocado que los narcos puedan introducir mucha menos droga desde Marruecos y, por tanto, una considerable reducción de los elevados beneficios que genera esta actividad ilícita.

El nerviosismo entre los clanes está a la orden del día y se roban la droga entre ellos, una práctica conocida en el argot policial como «vuelco».

«Están muy nerviosos, pueden introducir menos droga y se la roban entre ellos»

Las fuentes de la Guardia Civil a las que ha tenido acceso ABC aseguran que los «vuelcos» no son algo nuevo aunque han aumentado : «Hay mucho nerviosismo entre ellos. Se les están incautando mucha droga y muchos medios. No se les está dejando trabajar y, claro, esto trae lo que trae».

La asfixia económica está por tanto detrás de muchos de estos sucesos. «Antes, cuando a un narco le debían 30.000 euros, podía esperar, ahora ya no: o me los pagas ya o te atienes a las consecuencias», comentan las mismas fuentes. Además, tienen que demostrar que con ellos no se juega .

Tampoco es nuevo el uso de sicarios por parte de estas organizaciones. Siempre se han contratado pero ahora, la necesidad es mayor. «Estamos trabajando con todo tipo de mafias : italianas, francesas, rusas, británicas. Las que vienen de fuera a pegar los palos son las más peligrosas. En la Costa del Sol residen muchos de sus miembros. No van tanto a matar sino a asustar o a sacar información de dónde está la droga que han podido robar para recuperarla».

Con este análisis también coinciden desde la Policía Nacional: «Hay muchos ajustes de cuentas cuando desaparece droga o no han pagado por ella, o entre clanes rivales por hacerse con el mercado, que hasta ahora era mayoritariamente español pero que ha cambiado con la llegada de mafias de otros países, muchas de las cuales operan desde la Costa del Sol».

Eso sí, muchos de estos episodios violentos no trascienden porque hay un silencio absoluto entre ellos.

Desde la Policía Nacional se asegura que además de robarse entre ellos, otras organizaciones criminales se han introducido en este negocio y están robando a los narcos porque, pese a la crisis, son garantía de que el golpe les generará grandes beneficios: «Hay organizaciones que robaban a empresarios o en viviendas y se han pasado a robarle a los narcos porque es mucho más lucrativo ¿Quién tiene dinero pese a la crisis? Los narcos. Pues allá van. Les roban droga, las joyas y el dinero que tienen en casa, pero claro, las víctimas no denuncian».

También se están dedicando a los «vuelcos» miembros de estas organizaciones que realizaban funciones de logística.

Los narcos se pasan al secuestro de menores

Otra consecuencia de la presión policial es que muchos narcos se han pasado al secuestro de menores inmigrantes no acompañados ( Menas ), algo que se comenzó a detectar el pasado verano. Es otra manera de conseguir dinero. Los torturan y amenazan para que sus familias paguen su rescate.

En una operación de la Policía Nacional en el Campo de Gibraltar se descubrió que los líderes enviaron incluso sicarios porque creían que quienes operaban en España les «quitaban» a los menores.

Francisco Mena es un veterano activista contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. Preside la federación provincial contra la droga Nexos y estuvo en primera línea en los noventa, cuando el narcotráfico vivió otro repunte espectacular en la zona.

Ha recibido amenazas , como otros compañeros, y reconoce que han sido y siguen siendo coaccionados: «Son amenazas veladas para amedrentarnos. Nunca nos han dado miedo. Si alguien quiere hacerte algo no te advierte».

Sostiene que la violencia entre los narcos siempre ha existido pero que nadie se enteraba: «Los secuestros, los ajustes de cuenta y las venganzas siempre han existido, pero nadie se enteraba, quedaba entre ellos . Si se perdía un alijo, se secuestraba un miembro de la familia que no liberaban hasta que no apareciera la mercancía. Esto está ahora saliendo a la luz pública porque hay mucha presión policial y muchos teléfonos intervenidos y, por tanto, mucha más información. Además, se está extendiendo a otros lugares y cada vez se dan más vuelcos. Como está más difícil traer droga de Marruecos, me voy a lo fácil y se la robo a otro que la trae».

Este activista tiene claro que el narco siempre existirá en el Campo de Gibraltar «por pura cuestión geográfica y mientras haya 25 millones de personas en Europa dispuestas a consumir hachís y Marruecos produzca 40.000 toneladas al año ».

«La exclusión social, la desesperación y la poca catadura moral son el caldo de cultivo del narco»

Por ello pide medidas más ambiciosas y a más largo plazo para combatirlo. «Cuando no hay perspectivas de futuro fuera del narco mucha gente se pasa a esta actividad. El caldo de cultivo del narcotráfico es la exclusión social, la desesperación de la gente y la poca catadura moral».

Y es que el narcotráfico deja mucho dinero y sus tentáculos son imprevisibles. El jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras fue detenido por colaborar con el narcotráfico. Hace tan sólo unos días ha sido detenido un mecánico de Salvamento Marítimo.

«El narco tiene capacidad de corromperlo todo. Si lo consigue con un mando de la Guardia Civil... Al mecánico de Salvamento Marítimo le daban 30.000 euros por chivatazo . Imagina lo que mueve esto», añade Mena.

«Ninis» y parados captados por los clanes

El narcotráfico encontró un gran caldo de cultivo en el Campo de Gibraltar en jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban, así como en parados y personas a las que la crisis económica dejó al margen del mercado laboral.

Se trata de una actividad que entraña riesgos pero con la que se puede ganar mucho dinero. Y el dinero ha entrado a espuertas en esta comarca gaditana en los últimos años, aunque eso también ha cambiado por la presión policial.

La venta de ropa deportiva –las marcas deportivas y los chándals son fetiches para la inmensa mayoría de los narcos- ha sufrido una drástica reducción. Las tiendas de lujo, los concesionarios de vehículos y las joyerías también se han resentido de manera importante.

«Están aguantando el tirón porque se dieron cuenta que la violencia que estaban ejerciendo les ha venido mal para el negocio », señalan desde el Instituto Armado.

Eso sí, muchos no renuncian a seguir viviendo de este sucio negocio. «Estamos tranquilos porque sabemos que no estaréis aquí eternamente, os iréis y todo volverá a ser igual», comentó un «nini» dedicado al narco a un guardia civil cuando fue detenido. Se refería al Grupo OCON de la Guardia Civil, que según las mismas fuentes, le ha roto todos los esquemas a los narcos en el Campo de Gibraltar.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación