Violencia de género

Piden veinte años de prisión por un crimen machista en Jerez

La víctima no pudo realizar ninguna maniobra de defensa ante el violento ataque

Juzgados de Jerez, donde se instruyó la causa

J.P.

Dieciocho y veinte años de prisión piden la Fiscalía y la acusación particular, respectivamente, para José Antonio Cantalapiedra , marido de Raquel Barrera, a la que asestó, presuntamente, dos puñaladas que le provocaron la muerte. Este crimen de violencia de género ocurrió en una urbanización de Jerez el pasado abril de 2014. Ambas partes coinciden en calificar el delito de asesinato con la «agravante de parentesco». Como ha ocurrido en múltiples ocasiones, la víctima no había denunciado antes y, según señalaron sus vecinos, parecían un matrimonio bien avenido; aunque la acusación particular destaca que la mujer quería separarse de su esposo.

Los hechos sucedieron en la madrugada del 6 de abril del pasado año. Después de pasar el día fuera en diferentes bares el matrimonio volvió a su domicilio sobre las dos de la mañana. Según el relato de los hechos que hace la Fiscalía, mientras que José Antonio se acostaba, Raquel se quedaba en la cocina subiendo algunas de las fotos que había hecho a una red social. Minutos después, José Antonio bajó sin hacer ruido a la cocina, cogió un cuchillo y, presuntamente, de forma sorpresiva y sin previo aviso -según señala en su escrito la acusación particular, ejercida por el letrado Antonio Luis Barrera Ortega- la apuñaló dos veces en el pecho sin que «Raquel pudiera realizar maniobra de evasión o defensa alguna».

La acusación particular destaca en este hecho el estado de «confusión y somnolencia» de la víctima tanto por lo tardío de la hora como, sobre todo, por el alcohol consumido durante el día. Además, considera que el acusado acudió a la cocina en la falsa creencia de que Raquel estaba conversando mediante algún sistema de mensajería instantánea con otra persona.

Las heridas causadas en el pecho por el cuchillo causaron la muerte instantánea de Raquel, quien cayó al suelo al lado de la silla donde estaba sentada. En concreto, una de ellas penetró en el corazón, perforando el  ventrículo derecho, y otra en el pulmón derecho, y ambas tenían entidad suficiente para producir la muerte. Raquel no pudo realizar «maniobra de evasión o defensa» algunas debido al estado en que se hallaba como a lo inesperado del ataque; su única reacción sólo pudo ser llevar instintivamente las manos al lugar donde sintió que el cuchillo la hería, sufriendo así una herida en la muñeca izquierda y un corte en el dedo índice de la mano derecha.

No mostró arrepentimiento ni pidió perdón

Posteriormente, el presunto homicida llamó al 092 para comunicarle que había matado a su mujer negándose a dar detalles de lo acontecido pese a ser preguntado por el agente. Durante el tiempo que tardó en llegar la Policía al domicilio, el acusado fingió un intento de suicidio» pinchándose en abdomen, muñecas y cuello, causándose lesiones de nula importancia y sin que en ningún momento peligrase su vida.

Según la acusación particular, José Antonio tampoco dio explicaciones cuando llegó la Policía ni mostró «arrepentimiento ni pidió perdón» a su hijo que estaba a punto de cumplir 23 años y que no se encontraba en la casa ya que estudiaba fuera de Jerez.

Además, para la parte acusadora, el presunto asesino no presentaba en el momento de los hechos «alteración alguna» de sus facultades mentales, que le impidieran o disminuyeran el conocimiento y comprensión de los hechos que ejecutaba y de su gravedad, por lo que era consciente de sus actos, que realizó libre y voluntariamente.

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