Entrevista al responsable del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) del Campo de Gibraltar
Lisardo Capote: «El narcotráfico genera millones de euros y no van a dejar de intentarlo»
El SVA sigue librando una ingente batalla en el Campo de Gibraltar contra el tráfico de hachís, cocaína, tabaco, armas, material falsificado y el blanqueo
Lisardo Capote es jerezano y lleva 12 años al frente del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) en el Campo de Gibraltar. Dependiente del Ministerio de Hacienda, el SVA pertenece al Departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria y es la parte policial de dicha área. La lucha contra el contrabando y contra el blanqueo de capitales y los delitos contra la Hacienda Pública son los ejes de sus cometidos.
En el Campo de Gibraltar todos estos delitos tienen una elevada incidencia…
Sí, son frecuentes aunque la incidencia máxima es el tráfico de droga y el tabaco de contrabando. Eso lleva asociado un intenso trabajo contra el blanqueo de capitales de ambas actividades ilícitas. Se trata de atacarles donde más duele.
¿Con qué medios humanos cuenta el SVA en el Campo de Gibraltar?
Tenemos unos 100 funcionarios destacados en la zona. Los recursos no son pocos pero sí limitados para la carga de trabajo que tenemos. Hay que sacarle partido a todo el mundo porque con eso debemos cubrir toda la represión del contrabando.
«Las narcolanchas so embarcaciones piratas que están jugando con nuestra seguridad en el mar»
¿Y medios materiales?
Tenemos un helicóptero con base permanente en el Campo de Gibraltar y entre cinco a seis embarcaciones de alta velocidad porque la amenaza nos obliga a que sean así. Algunas de ellas son las denominadas Fénix, que tienen el casco de las semirrígidas. Además, se ha comprometido presupuestariamente la adquisición de nuevos medios.
¿Esto permite igualdad en la lucha con los narcos?
Los contrabandistas utilizan pesqueros, embarcaciones de recreo y semirrígidas, conocidas como narcolanchas. Primero fueron las Phantom, que se utilizaban para el tabaco principalmente. El contrabando de tabaco ha sido la actividad precursora del tráfico de hachís. Luego se comenzó a trabajar en las denominadas narcolanchas y el 90% de esta actividad se desvió a este tipo de embarcaciones porque son un ‘fórmula uno’ en el mar. Alcanzan 50 nudos sostenidos a plena carga, más de 90 kilómetros por hora, y eso en el mar es mucha velocidad. Además, pueden transportar entre 2,5 y 3,5 toneladas de droga. Llegaron a un momento de supuesta impunidad porque nadie les podía parar. Las semirrígidas se han comido el mercado, la velocidad sigue aumentando y ello nos ha obligado a reaccionar. Son embarcaciones piratas que están jugando con nuestra seguridad en el mar y nos es muy difícil pararlas. A día de hoy, con mucha prudencia porque ya se han producido muertos, no tenemos un medio seguro para detenerlas. Muchas están pilotadas por chavales de incluso 18 años totalmente envalentonados, inconscientes y que han ido a escalar puestos en la organización. Han tenido que demostrar un supuesto y estúpido arrojo que ha obligado a cortar el rumbo para evitar una colisión. Hace unas semanas hubo un accidente en Campamento en una persecución. Siempre son varias embarcaciones, una cargada y al menos otra que les da protección para desviar la atención y que el patrullero les siga. De día es difícil ya ver si va cargada, pero de noche es imposible.
¿Y qué solución hay?
Estamos trabajando arduamente en medios técnicos para que estas embarcaciones se puedan detener de una forma segura, pero no quiero dar pistas a los malos.
El narcotráfico genera unos desorbitados ingresos para los ilícitos, ¿no es así?
Cada desembarco en narcolancha puede suponer para un piloto experto unos 120.000 euros por porte alijado en España que reparte con su tripulación. Suelen ser cuatro tripulantes. También se paga a los porteadores que cargan el hachís en vehículos, unos 600 euros por alijo a cada uno, y a los conductores, que pueden cobrar entre 10.000 y 12.000 euros. Estos últimos están mejor pagados porque se arriesgan más y saben dónde va la droga, la llevan a las guarderías para ocultarla y hay personas que también cobran por custodiarla y que pueden cobrar hasta 30.000 euros. Suelen tenerla allí, como máximo, una semana y deben tomar medidas para que dicha droga no sea robada por otros. Hace poco se ha producido un robo de uniformes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en una sastrería para simular ser agentes y robar la mercancía. Otro factor que hay que tener en cuenta es que el hachís va aumentando su valor exponencialmente, no es lo mismo el puesto en la costa que en París, Londres o Ámsterdam. Esta actividad genera muchísimo dinero, millones de euros, y no van a dejar de intentarlo.
El contrabando de tabaco es otro frente importante en la zona..
Esta actividad que se genera en Gibraltar supone un problema para nosotros. No es cierto que Gibraltar esté luchando contra esto. Si de verdad quieren acabar con el contrabando de tabaco, lo único que tienen que hacer es aplicar la misma fiscalidad que a este lado de la Verja. Pero supone una fuente de financiación muy importante para la colonia y siguen con ello de forma descarada. En Gibraltar saben perfectamente el tabaco que entra porque lo están cobrando y aunque el que entra por la Aduana de La Línea está fiscalizado, no facilitan datos sobre el que entra por mar.
¿Han sido estos dos últimos años los más complicados para el SVA por el repunte de estos delitos?
En el SVA hemos tenido épocas muy complicadas. Hay momentos valle, aunque están muy por encima de la media del resto de España porque estamos en uno de los lugares más estratégicos del mundo por la proximidad de la costa africana, la existencia del Puerto de Algeciras y la anomalía de Gibraltar. Hachís, cocaína, tabaco, armas, material falsificado, blanqueo, todos los condimentos están aquí y hay mucho dinero en juego.
¿Cuánta cocaína entra por el Puerto de Algeciras dado el tremendo tráfico de contenedores?
El de Algeciras sigue siendo básicamente un puerto de transbordo. Hay muchas rutas comerciales del este y del oeste que convergen aquí. La mayor operación contra el tráfico de cocaína por tierra la hicimos aquí. Fue en abril del año pasado, casi nueve toneladas. Venía casi más cocaína que plátanos.
Al margen de las intervenciones, habrá mucha cocaína que consiga burlar los controles, ¿no?
Es imposible inspeccionar todos los contenedores aunque la inmensa mayoría de la mercancía que pasa por el puerto es legal. No podemos interrumpir el tráfico legal de contenedores, porque hablamos de dinero y de trabajo. Antes la cocaína se traía en barcos pero las organizaciones descubrieron los contenedores. Esto abarata una barbaridad los costes y permite el anonimato. Evitan intermediarios. Si consiguen que algunos estibadores en origen y en destino trabajen para ellos, aquí paz y después gloria. Si hablamos de 300 kilos de cocaína en Europa, es un dineral, no tiene nada que ver con el hachís. Dependiendo de la pureza podemos hablar de mínimo 10.000 euros por gramo, imagina 300 kilos. La Aduana española tiene información de todo lo que llega, no hay un contendor del que no sepamos origen, destino, mercancía, empresa… Todos los contenedores están monitorizados y tienen una trazabilidad. Eso sí, tenemos que ser selectivos y hacer un control más exhaustivo dependiendo de ambos factores y del análisis de riesgo que hagamos.
«Han caído muchas cabezas que, en mi opinión, las organizaciones se están reestructurando»
¿Los métodos de ocultación son cada vez más sofisticados?
Hemos encontrado mercancía ilícita, en todo lo que alguien pueda imaginar. Oculta en maquinaria, bananas, yuca, pieles para encurtir, puertas fabricadas en origen ya con la droga dentro, medios de transporte…
Han sido detenidos estibadores y agentes de las Fuerzas de Seguridad por este delito…
Así es. Es un hecho. Estamos hablando de ríos de dinero. Debe haber unos servicios internos muy fuertes para frenar esto y se está haciendo. Alguien tiene que vigilar al que vigila. Los narcotraficantes tocan a gente para asegurar la mercancía. Si yo quiero introducir droga a través de un embudo como es un puerto debo convencer a otros. Si un alijo es interceptado, estoy seguro de que alguien ha muerto en origen. Alguien debe acreditar que esa droga ha entrado. Hemos detenido a personas que esperaban esa cocaína y que permitían su salida. En el caso de las nueve toneladas que interceptamos el año pasado, el método, en su simpleza, era diabólico. Sólo con corromper a una persona, el camión estaba fuera. Estamos trabajando para mejorar y estorbar esto. Ahora bien, hay que decir que hay muchos puertos por donde entra cocaína, en el de Amberes está siendo impresionante.
¿Cuánto puede ganar una persona que colabora con estas organizaciones?
En estos casos se cobra por servicio prestado, sea cocaína, tabaco u otra mercancía. En este asunto nadie se fía de nadie. El problema que estamos teniendo es que muchas veces la gente es tan incauta que cree que lo hace una vez, pega el pelotazo y se sale. Sin embargo, una vez que estás dentro, es para los restos. Hemos detenido a gente que casi se ha abrazado a nosotros. Se han sentido aliviados, prefieren estar en la cárcel que muertos. Hemos tenido casos de amenaza y de muertes. Tenemos indicios de sicarios que han venido y han matado o han mandado un mensaje de advertencia. Hablamos de organizaciones criminales muy, muy peligrosas.
¿El Plan Especial de Seguridad ha supuesto un antes y un después?
Se han derivado muchos medios a la zona y les ha aplicado presión a estas organizaciones. Han caído muchas cabezas que, en mi opinión, están en fase de reacondicionamiento. Se están reestructurando y cambiando procedimientos y mentalidad. Algunos han dejado de estar en el foco mediático. No tienen por qué salir en un video chusco haciendo el imbécil en una piscina –se refiere a Isco Tejón, colíder del clan de Los Castañas-.
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