La muerte de un agente de la Policía Local la pasada semana cuando perseguía un alijo de tabaco por la ciudad es la última piedra en el camino de obstáculos que tiene ha que atravesar la Línea por culpa del contrabando. Su alcalde, el independiente José Juan Franco (del partido «La línea 100x100») se muestra «harto» de la situación. «Yo solo puedo exportar parados y problemas», se queja. «Tenemos agresiones a agentes, muertos, ladrillazos, atropellos...», resume desesperado.

Franco tiene dos referentes cuando habla de la situación en La Línea. Por un lado la serie de Netflix «Narcos». «La gente ve a los narcos como héroes, y claro, luego ponen esa serie y no ayuda. Al revés», razona. Pablo Escobar y los suyos banalizan la imagen de peligro de este negocio y dan una sensación de falso «glamour» al tráfico de droga y tabaco. «Es que además los narcos tienen su propia “Seguridad Social”», se queja. «Como saben que antes o después van a la cárcel, se ayudan y se cubren gastos», explica. El otro referente es «Ciudad de Dios», la historia del nacimiento y desarrollo de la delincuencia sin límites en una favela de Brasil. «Es lo que está pasando aquí», se lamenta el primer edil de La Línea. «Hace poco le reventaron la cara a un agente de la Policía Nacional con un ladrillo. Necesitó casi 40 puntos», recuerda. «Esto no es el Oeste... aún. Aunque no hay sensación de inseguridad, el problema está ahí». ¿Y los vecinos? «Hartos, muy hartos», resume su alcalde. Como él.