Algeciras

Las horas de angustia comienzan a pasar factura a los familiares de la tripulación del pesquero «Rua Mar»

«¡Dios mío, ayúdalos. Vuelve, cariño mío!», afirma entre sollozos la mujer del patrón; un equipo de psicólogos experimentados en este tipo de situaciones sigue prestándoles atención

Familiares de la tripulación del «Rua Mar», en el Puerto de Algeciras Sergio Rodríguez

Soraya Fernández

La angustia, la incertidumbre y el temor comienzan a pasar factura a los familiares y amigos de los seis tripulantes del «Rua Mar» , el pesquero con base en Barbate (Cádiz) desaparecido en la madrugada del miércoles en aguas de Marruecos.

Y es que son ya muchas horas sin noticias de los suyos. Muchos han pasado la noche en las dependencias de la Asociación de Armadores de Puerto de Algeciras , de donde es la tripulación.

Se han vivido momentos de gran dolor en la mañana de este viernes y es que a medida que transcurren las horas aumenta el miedo a la peor de las noticias. Sin embargo, no pierden la esperanza.

Desiré Serrano es la mujer del patrón del «Rua Mar», Antonio Javier Maza. No hay consuelo ni para ella ni para muchas de las personas que han pasado allí la noche esperando noticias. « ¡Dios mío, ayúdalos. Vuelve, cariño mío!» , comentaba entre sollozos Desiré, que pide que acabe la pesadilla cuanto antes y para la que no hay consuelo. «Disculpadme, pero no puedo hablar», indicaba a los medios de comunicación, a los que ella y otros familiares atienden en la medida de sus posibilidades dados los duros momentos que están viviendo.

Toda atención es poca para ayudar a mitigar el dolor y para hacer más llevadera esta amarga espera. Miguel Ángel Rodríguez es el director provincial del 112 y Protección Civil y explica que el equipo de cuatro psicólogos que atiende a estas personas tiene experiencia en situaciones similares, como el caso del barco «Pepita Aurora », que naufragó en Barbate el 5 de septiembre de 2007 y en el que murieron ocho personas.

«Esperamos que el deselance no sea el mismo»

«Esperamos que el desenlace no sea el mismo. Lo que intentamos es que se les pase el tiempo de la forma más llevadera posible. En la mar los tiempos no son como en tierra. Lo que aquí se resuelve en media hora, en el mar pueden ser muchas horas y eso genera mucha inquietud. Conforme pasa el tiempo va siendo peor y todo depende mucho de la información que vaya llegando. En el caso del Pepita Aurora fueron diez días y eso es mucho tiempo».

Además de apoyo psicológico hay de manera permanente en el lugar un equipo médico, personal de la Cruz Roja y del 061.

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