Coronavirus Andalucía
El Hogar Marillac de La Línea resiste al envite del Covid-19
Enfermos crónicos de VIH con otras patologías y el personal que los atiende en este centro asistencial siguen un estricto confinamiento para evitar contagios que serían letales
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![Imagen de archivo de una religiosa con usuarios del Hogar Marillac](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/05/04/s/usuarios-marillac-U30862305642SrB--1248x698@abc.jpg)
El Covid-19 se está cebando con las personas de mayor edad y quienes tienen patologías previas. Por eso, en el Hogar Marillac de La Línea de la Concepción (Cádiz), todas las precauciones son pocas para evitar contagios. Sus usuarios tienen patologías muy graves y además, presentan un envejecimiento prematuro debido a su enfermedad y sus adicciones en el pasado. La probabilidad de muerte en caso de contagio es, por tanto, muy elevada. Y es que, aunque han resistido al virus VIH, el Covid-19 sería letal para ellos .
Este centro asistencial, regentado por la congregración de las Hijas de la Caridad, atiende a 15 hombres enfermos crónicos con VIH que suman además otras patologías severas. Todos sus usuarios, las seis religiosas y los 12 trabajadores que los atienden han logrado por ahora ahuyentar la pandemia. Los tes t a los que fueron sometidos hace unos días así lo constataron. Negativos en Covid-19. Un motivo de alegría y cierta tranquilidad ante la inédita y crítica situación a la que se enfrentan.
Todos los usuarios tienen además severos problemas, sobre todo, de salud mental, derivados de su adicción a las drogas durante muchos años . Suelen padecer trastornos psicóticos y todos tienen VIH en estadio 3 , es decir, en estado terminal, aunque los avances médicos y los tratamientos han posibilitado contener el deterioro, si bien se han vuelto enfermos crónicos. Una pastilla al día es suficiente para mantener la carga viral indetectable y las defensas, elevadas.
Envejecimiento prematuro
La media de edad de estas personas, todos varones, ronda la cincuentena, aunque tienen otro denominador común: un envejecimiento prematuro . Su movilidad, sus cerebros y sus cuerpos han envejecido décadas. Proceden de toda Andalucía, ya que el Hogar Marillac tiene concertadas sus plazas con la Junta de Andalucía
La declaración del estado de alarma y las estrictas medidas de confinamiento que conlleva han sido seguidas a rajatabla en este centro. Así nos lo cuenta su responsable, Sor Dolores, quien asegura que no entran ni salen de las instalaciones del Hogar Marillac desde el pasado 14 de marzo. «Tenemos que estar dentro de casa, no podemos salir y todos los proyectos y actividades en marcha han quedado suspendidos, aunque mantenemos las que veníamos haciendo en el interior y la rutina diaria ».
Algunos de los trabajadores están confinados también en el centro y para el resto, las salidas y entradas se organizan de manera muy calculada para evitar contagios. Las medidas de precaución son extremas para ellos.
Mascarillas, medidas de protección e higiene y seguimiento diario cobran ahora más sentido si cabe ante los estragos que podrían suponer los contagios en personas con una salud tan vulnerable. «Estamos tomando todas las medidas, tanto para los usuarios como para el personal. Hablamos de personas con patologías previas y toda precaución es poca », añade su responsable.
Y es que cada residente presenta diferentes problemas derivados del VIH. De hecho, sor Dolores compara el Hogar Marillac con un pequeño hospital: «El VIH está más controlado pero las patologías que conlleva la enfermedad son muy diversas. Esto es como un hospital en pequeño. Con la medicación se encuentran estables y lo estamos llevando de la mejor manera posible. En este tiempo ha fallecido uno de nuestros usuarios, aunque no por coronavirus».
Las salidas, visitas y talleres fuera, suspendidos
El Covid-19 ha cambiado también la rutina diaria de este centro. Las salidas de los usuarios a cursos, trabajos de voluntariado y esparcimiento han quedado completamente suspendidas. Y aunque a veces cunde el desánimo, sor Dolores confiesa que se siente sorprendida por cómo lo están llevando: «Me admiro porque lo están llevando muy bien y eso es lo más importante. Están tranquilos e informados de todo lo que ocurre, por lo que comprenden las actuales circunstancias aunque a veces se les hace muy pesado».
Lógicamente, también han quedado suspendidas las visitas y salidas con familiares . No obstante, las nuevas tecnologías están ayudando a sobrellevar este estricto confinamiento. Las videollamadas con los seres queridos se han convertido en algo habitual. «Esto les da a los familiares mucha tranquilidad porque los ven y saben que están bien, aunque sea confinados», indica esta religiosa.
La entrada de voluntarios en el Hogar Marillac también ha quedado suspendida para evitar contagios. Los suministros están garantizados y llegan sin problemas. «Tenemos todo lo que necesitamos» , añade sor Dolores.
El centro cumple este mes 27 años
El Hogar Marillac abrió sus puertas hace 27 años. Fue en mayo de 1993 gracias al empeño y empuje de dos Hijas de la Caridad; Sor Magdalena y Sor Joaquina , enfermeras en el hospital de La Línea que decidieron actuar al ver a enfermos de sida morir en la calle. Entonces no había tratamiento para el VIH.
Ambas religiosas se propusieron proporcionar techo, cuidados y, sobre todo, cariño y dignidad , a estas personas en los últimos momentos de sus vidas, y lo consiguieron. En estos años han pasado por el Hogar Marillac centenares de enfermos terminales con VIH que se contagiaron por vía intravenosa debido al consumo de heroína, una adicción que causó estragos en el Campo de Gibraltar y que sesgó las vidas de miles de jóvenes en la zona.
Además del Hogar Marillac en La Línea, esta congregación religiosa tiene dos pisos asistidos en Algeciras para proporcionar cierta autonomía a los usuarios que mejor están.
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