Bodegas

El Grupo Estévez factura ya por cien millones de euros

La empresa jerezana es líder del mercado con La Guita y un sólido aliado de Mercadona

José Antonio del Cuvillo, José Ramón Estévez y Eduardo Ojeda ABC

J. Padila

El Grupo Estévez, de Jerez, ha logrado una facturación cercana a los cien millones de euros durante el pasado ejercicio, aunque las cuentas todavía no han sido presentadas, según ha explicado José Ramón Estévez, presidente de esta empresa familiar. Ha registrado un aumento del 13,5% con respecto a 2014. Las claves son sus marcas propias, como el fino «Tío Mateo» o la manzanilla «La Guita» (líder del mercado nacional), y su relación con Mercadona como inteproveedor a la que le suministra ya 52 referencias entre vinos y bebidas espirituosas y con la que trabaja en la preparación de dos nuevas etiquetas. Esta empresa andaluza emplea a unas 200 personas en sus diferentes cadenas de producción y resto de departamentos.

Con respecto al vino de Jerez, Estévez ha señalado que el 50% de la producción de vino se dirige al mercado internacional. La novedad es que la compañía ha comenzado a fortificar y reponer todas las botas (barricas) de sus vinos con alcohol vínico 100 por 100 procedente del Marco. Históricamente el vino de crianza biológica de Jerez se ha encabezado de modo tradicional para alcanzar los 15 grados que marcan los pliegos de condiciones de las Denominaciones de Origen (DO) de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar, porque el natural -el que genera el propio vino-  suele estar en la barrera de los 12. «¿Por qué usar el mismo alcohol procedente de la destilación de la uva palomino y no el de otras regiones?». El presidente de La Guita lo resume así: «Trazabilidad, seguridad alimentaria y volver al origen genuino que el consumidor echa de menos» . Tiene claro que el futuro del jerez pasa «fundamentalmente» por los vinos de crianza biológica, los finos y manzanillas que representan más de la mitad de las ventas totales, así como los amontillados, que aportan un plus más elevado todavía de autenticidad ante sus bajas producciones por su singular carácter. «Hay que poner en valor toda la cadena agroalimentaria de Jerez», subrayó. Subir un grado requiere 8,5 litros de vino, once o doce kilos de uva.

Un Marco de 6.500 hectáreas de viñas

El empresario andaluz mantuvo en una reunión con la prensa que usar alcohol autóctono permitiría garantizar el «futuro» de las 6.500 hectáreas de viña existentes en el Marco (de las que 800 son suyas) después del arranque o abandono de miles y reducir el «grave problema» de los excedentes hasta que las actuales DO lleguen a ser de tipo calificadas al estilo de las grandes referencias francesas. Por ahora es la única de las grandes casas que trabaja en esta línea. «No hay que pensar en la polémica, sino en el futuro», redundó Eduardo Ojeda, director de producción de la casa. Tan sólo para esta práctica enológica harían falta unas 14.000 botas de vino (c ada barrica contiene más de 500 litros). La última vendimia se cerró con 124.000 botas, aunque hay un gran porcentaje que se descalifica (unas 40.000), pero que vuelve a entrar en el mercado con diferentes subterfugios comerciales, como «el bag in box», o la venta a muy bajos precios, lo que repercute en la imagen del sector del vino español más conocido en el exterior.

Los dos directivos admitieron que el empleo de alcohol procedente del mismo Marco tiene un «sobrecoste» inicial, porque el procedente de la Mancha es más barato, pero que aportará «mucho de autenticidad» en una DO -que tiene una «enorme potencialidad» como lo demuestran otras recientes inversiones- y valor añadido a los finos y manzanillas de la casa en un proyecto a «largo plazo», porque el sistema de crianza del jerez con soleras, así lo exige ese tiempo. «El consumidor cada día está más informado», puntualizó Estévez.

Sin embargo, el presidente reconoció que el sector está «mal» a nivel nacional con la progresiva caída del consumo de vino -aunque las bodegas jerezanas facturan más al vender productos de mayor valor añadido y por su diversificación-. «El jerez se vende en algunos casos a precios irrisorios». En esta línea, insistió en su denuncia pública de la competencia «desleal e ilegal» que hacen algunos «manzanilleros» (como se les denomina en la actividad) con la venta de sus caldos con el polémico formato «bag in box» o bolsa de plástico en caja de cartón (BIB). Recordó que el 95% del sector está en contra del BIB por la pérdida de prestigio y calidad.

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