CÁDIZ
Golpe al menudeo de cocaína, heroína, marihuana y hachís en Algeciras
La Policía Nacional desarticula una organización que contaba con varios puntos de venta en la barriada de La Bajadilla
La lucha contra el narcotráfico que se viene librando en el Campo de Gibraltar no está dirigida únicamente a quienes introducen toneladas de hachís procedente de Marruecos en las costas andaluzas, sino también contra aquellas organizaciones y personas que venden la droga.
La Policía Nacional acaba de asestar un importante golpe al menudeo de droga en Algeciras (Cádiz). Lo ha hecho con la operación Huesca, en la que han intervenido 50 agentes y que ha permitido desarticular cuatro puntos muy activos de venta de cocaína, heroína, marihuana y hachís situados en la populosa barriada de La Bajadilla.
La operación se ha saldado por el momento con la detención de dos hombres y dos mujeres acusados de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal, quienes habían generado una gran sensación de inseguridad en este barrio algecireño. De hecho, se trata de un grupo perfectamente estructurado , que adoptaba importantes medidas de seguridad y al que se le han intervenido armas.
Sus componentes tenían asignados unos roles perfectamente delimitados. La organización tenía un jefe , de 56 años y dueño de los puntos de venta, quien daba las órdenes y supervisaba todos los movimientos. A veces, incluso él mismo se ponía al frente realizando las transacciones. A sus órdenes tenía a varios vendedores que regentaban los puntos de venta.
La organización operaba también como una guardería –como se conoce en el argot al lugar donde se almacena y custodia la droga-. Desde allí suministraba las sustancias en función de la demanda pero también las «cocinaba», adulterando la droga para hacerla más adictiva. Las dos viviendas prinicipales están situadas en la calle Huesca , de ahí el nombre de la operación. Las otras dos están en las calles Teruel y Miguel Ángel.
También contaba con numerosos «aguadores» y «machacas» , personas que se encargan de avisar de la presencia policial al tiempo que captan posibles compradores.
El modus operandi de este grupo delictivo adoptaba importantes medidas de seguridad . Según ha explicado este jueves la Policía Nacional, en el domicilio principal rara vez abrían las puertas a los compradores. Para ello utilizaban otra vivienda contigua.
El «machaca», como en el argot policial se conoce a la persona que realiza las labores de atraer compradores y transportar droga, recibía a los toxicómanos cuando se acercaban a adquirir su dosis. Les cogía el dinero y los hacía pasar al segundo domicilio . Entonces, se encargaba de recoger y transportar la dosis desde el punto principal al otro punto de venta, donde se realizaba la transacción final.
Estas casas eran auténticos búnkeres pues contaban con puertas acorazadas de hierro y reforzadas con vigas de obra en su interior, así como con varias cerraduras de seguridad. Ello no impidió que los agentes pudieran acceder al inmueble en pocos segundos evitando así que sus ocupantes se deshicieran de la droga.
Las investigaciones comenzaron hace unos meses, cuando agentes de la Brigada de Policía Judicial tuvieron conocimiento de la existencia de un punto negro de venta de sustancias estupefacientes. En concreto, en dicho lugar se vendía heroína y cocaína base , unas sustancias que la Policía Nacional recuerda son altamente adictivas y muy perjudiciales para la salud. Los investigadores comprobaron que el inmueble que vigilaban era objeto de un constante trasiego de toxicómanos.
No ha sido fácil. La organización contaba con una legión de «aguadores» en la zona para advertir de la presencia policial, por lo que los agentes han tenido que emplearse a fondo para hacer su trabajo sin ser descubiertos.
Además de los cuatro detenidos se han intervenido numerosas dosis de cocaína, heroína y marihuana , 3.800 euros fraccionados, útiles para la preparación de la droga, armas blancas, armas contundentes , una pistola simulada y distintos dispositivos electrónicos.
Noticias relacionadas
