Tribunas Arquímedes

La ecografía que descubre los íntimos defectos de los barcos

Un equipo de la Universidad de Cádiz desarrolla un sistema para detectar e identificar errores en las soldaduras de las embarcaciones

BBVA pone en valor la aplicación práctica de los avances de investigaciones llevadas a cabo en el seno de las universidades andaluzas

Santiago Pavón y José Juan Alonso, en el taller de la Universidad de Cádiz Francis Jiménez

Andrés García Latorre

En ciencia, el método es lo fundamental. Tanto que, por encima de teoremas, descubrimientos e inventos, lo que confiere a la ciencia su razón de ser es, precisamente, la aplicación del método científico. En el caso de las investigaciones que está realizando el profesor de Física Aplicada de la Universidad de Cádiz (y coordinador del Máster en Ingeniería Naval y Oceánica) José Juan Alonso . Su método de ‘scoring’ por imágenes ha logrado aplicaciones en física, medicina, en geología y, en la actualidad, se trabaja en su uso para certificar la calidad de la soldadura de los barcos mediante un proyecto del Campus de Excelencia Internacional del Mar, CEIMAR. «Es lo bueno de la técnica en sí, que es indiferente la rama en la que se apliquen», explica con entusiasmo didáctico, ya que «en muchos casos lo difícil no es la ejecución de una idea, sino hacerla accesible al resto de la sociedad».

El sistema en el que se encuentra trabajando el profesor Alonso busca, mediante imágenes captadas por ultrasonidos , comprobar la calidad de la soldadura metálica. Un campo especialmente útil para el desarrollo de esta técnica es la industria naval, tanto por el tamaño como por el difícil acceso a las distintas partes de las embarcaciones. «La técnica de comprobar el estado de las soldaduras mediante un ecógrafo no es nueva, ya se usaba en los años 40. De hecho, las ecografías médicas surgieron como consecuencia de las navales », detalla Alonso. ¿Cuál es la innovación? El desarrollo de un sistema que permite almacenar los errores posibles de las soldaduras y que asigna un número concreto a dichos errores. «Con este sistema, se pueden tomar ecografías de zonas más amplias y, junto con la imagen, aparecerá un aviso si hay algún tipo de error de soldadura reconocible». Esto no quiere decir, insiste Alonso, que los inspectores de seguridad vayan a pasar a un segundo plano. «Este sistema no viene a remplazar, sino a ayudar. Al final la decisión quedará a criterio del inspector pero, con este método, le damos una herramienta para analizar más superficie y en menos tiempo». En un sector como el naval, esto se traduce en un ahorro para las empresas . Además, el sistema permite detectar imperfecciones que, en fases iniciales, quedan ocultas al ojo humano.

Trabajo de José Perdigones ABC

Un trabajo artesanal

Pese a que en el desarrollo de este método de ‘scoring’ Alonso lleva trabajando unos doce años, fue hace seis meses cuando se implicó en su uso naval a través de un proyecto CEIMAR. En las instalaciones del Centro Andaluz Superior de Estudios Marinos, ubicado en el Campus de Puerto Real de la Universidad de Cádiz, trabajan con él, entre otros, Santiago Pavón, profesor de Técnicas e Inspección de Obra Soldada de la UCA, y José Perdigones, «que es el maestro soldador y un auténtico fenómeno» porque es capaz de hacer soldaduras perfectas y otras que «realiza con errores a propósito, con el fin de que podamos monitorizarlas con los ultrasonidos y asignarles una fórmula matemática para que, en el análisis que se haga posteriormente en un barco, puedan ser detectadas».

La idea que tiene este equipo de la universidad es que, tras la publicación final de los resultados (que esperan tener en otros seis meses), la aplicación pueda desarrollarse de manera prácticamente inmediata en la empresa privada . En este aspecto, Alonso subraya lo importante que es en el desarrollo de este tipo de técnicas la colaboración de las universidades con las empresas. «Ellos tienen recursos y generan necesidades, pero no suelen tener tiempo para solucionar los problemas que se les plantean; en la Universidad, disponemos de tiempo y capacidad para dotarles de esas soluciones», indica, y destaca que «en nuestro campo, son muchos los profesores que colaboran con la empresa privada y pueden dar una visión más concreta a los alumnos de las necesidades del mercado; ellos, por su parte, aportan soluciones a las propias empresas». «El diálogo entre los mundos empresarial y académico impulsa la productividad; una de las razones de desarrollar este sistema era conocer la carga de trabajo de los inspectores navales», confiesa.

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