Coronavirus Andalucía

Cómo alimentar a 30 leones sin ingresos por el estado de alarma

Un zoo de Cádiz pide ayuda para afrontar la alimentación y cuidado de las especies exóticas que acogen

Dos de los grandes felinos nacidos en el zoo ABC

Soraya Fernández

Colegios, restaurantes, bares, comercios y oficinas han cerrado sus puertas tras el Real Decreto que instauró el estado de alarma, aunque hay lugares que pese a que han cerrado sus puertas al público tienen que seguir funcionando.

Una muestra son los zoológicos, que están viviendo un calvario con esta crisis. Hay que seguir alimentando y cuidando a los animales y algunos se están viendo en serias dificultades.

Un buen ejemplo de esta situación es el Centro de Rescate Animal de Castellar de la Frontera, en Cádiz , una iniciativa privada que se sustenta económicamente de la venta de entradas, unos ingresos que no reciben desde el pasado 14 de marzo debido a que ha tenido que cerrar sus puertas.

Sus responsables han lanzado un S.O.S. a través de las redes sociales para pedir donativos con los que poder seguir alimentando y cuidando a estos animales.

Estas instalaciones, que tienen el Certificado Internacional de Especies Amenazadas, albergan a más de 1.200 animales de más de 60 especies y están ubicadas en pleno Parque Natural de Los Alcornocales, un entorno privilegiado . Este santuario animal de una hectárea de extensión alberga a una gran cantidad de primates, aves, reptiles y unos 30 felinos entre los que hay tigres, leones, leopardos, panteras y linces de varias especies.

Una segunda oportunidad

No se trata de un zoo al uso, de ahí que se llame centro de rescate animal. Y es que estas instalaciones abrieron al público en el año 2002 para ayudar a los animales decomisados por las autoridades y de los que nadie se hacía cargo. «Nuestro centro comenzó a ser depositario de estos animales desamparados que merecían seguir viviendo con los mejores cuidados posibles, bien porque se intentaba traficar con ellos, porque se tienen en casa de manera ilegal o porque otros zoos o circos no podían tenerlos», explica Javier Morales, uno de los responsables de estas instalaciones.

Entre las llegadas más recientes, 10 guacamayos que fueron confiscados hace tan sólo unos meses en la Aduana de Algeciras. « Las tortugas moras llegan continuamente , así como otras especies, como un capibara, el roedor más grande del mundo, que le fue decomisado a una persona; o un casuario, considerada el ave más peligrosa del mundo y que le fue confiscada a una persona en Sevilla».

También requirieron su ayuda desde Fuerteventura, concretamente de uno de los parques zoológicos que más caimanes cría del mundo: «Nos pidieron ayuda y nosotros, encantados. Ahora tenemos ocho caimanes, además de cocodrilos y muchas otras especies de reptiles», apunta Morales.

Se trata de animales no pueden ser devueltos a su entorno natural por culpa del ser humano. Al margen de ofrecerles una segunda oportunidad, este centro da al visitante una imagen de un zoo diferente, muy familiar, en el que se promueve la interacción con los animales con los que es posible interactuar para concienciar a los visitantes. «Lo hacemos sin ningún tipo de estrés para el animal ni el visitante, de manera muy natural, algo que es muy valorado por quienes nos visitan».

Nuevos inquilinos

Los últimos habitantes de este peculiar zoo son dos crías de león que nacieron en dicho recinto sólo unos días antes de que se decretara el estado de alarma y con los que el equipo de veterinarios, biólogos y cuidadores está encantado.

«Cuando nacen significa que estamos haciendo las cosas bien. La cautividad es muy complicada y es necesario procurar que los animales estén lo más felices posibles . Eso se consigue con muy buenos cuidados, una alimentación adecuada y el enriquecimiento mediante estímulos para que se mantengan activos y felices», añade Morales.

Pero la única fuente de ingresos de este centro animal es la venta de entradas, por lo que sus responsables piden ayuda: «Seguimos trabajando a puerta cerrada al cien por cien para tener a los animales en las mejores condiciones, pero hay que alimentarlos y cuidarlos, y nuestra fuente de ingresos son los visitantes. Llevamos más de un mes sin recibir ingresos y no sabemos cuándo podremos volver a abrir. Estamos tirando de un fondo pero se está acabando. El centro sigue activo y con los mismos gastos. Si esto va a más habrá que reducir plantilla y tomar medidas, porque la prioridad son los animales».

Aunque Morales no puede cuantificar cuánto cuesta alimentar a tantos animales al día, nos pone un ejemplo: un león puede llegar a comer entre 10 y 15 kilos al día, y tienen 30.

«Todos los animales están bien ahora. Son nuestra prioridad y estamos dándolo todo por ellos, pero los recursos que tenemos van menguando y esto se nos va de las manos», añade, por lo que se pide ayuda, una ayuda que se puede prestar haciendo donativos a través de su página web o con ingresos en una cuenta bancaria. Todo lo que reciban será destinado al cuidado y manutención de los animales.

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