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Baelo Claudia, en Tarifa, una ciudad romana a orillas del Atlántico

El Conjunto Arqueológico, uno de los mejor conservados, permite recrear la realidad del Imperio Romano al recorrer el foro, los templos, el mercado, las factorías o las termas

Ruinas de Baelo Claudia frente al mar L.V.

ABC

Localizado en la Ensenada de Bolonia, en Tarifa, el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, declarado Monumento Histórico Nacional, es una de las ciudades romanas que mejor se conservan en la actualidad. Todo un ejemplo de la grandiosidad del Imperio Romano que, además, está rodeado por uno de los paisajes más espectaculares de la costa gaditana.

A modo de breve repaso histórico, hay que recordar que, ya entre 1700 y 1900 varios eruditos y viajeros señalan la presencia de ruinas romanas en la zona. Sin embargo, no es hasta 1917 cuando la ciudad entra de lleno en la investigación arqueológica a través de las campañas llevadas a cabo por el francés Pierre Paris, que excava buena parte de la estructura básica de la urbe. El trabajo de otros expertos como George Bonsor y Pellicer contribuyeron, así mismo, a que saliese a la luz uno de los yacimientos arqueológicos más completos de la Península de época romana.

Durante un tiempo se barajó la hipótesis de que bajo la ciudad romana existiera una población indígena, pero la ausencia de restos que lo prueben hizo descartar tal posibilidad: Baelo se asentó sobre un terreno virgen. No obstante, es probable que hubiera un núcleo de población cercano que se trasladase allí, como hacen pensar varios hechos y, sobre todo, el propio nombre de Baelo, que se relaciona con la divinidad fenicia de Baal. En cuanto a las características de Baelo y su funcionamiento económico, las investigaciones históricas indican que su situación estratégica, en el Estrecho de Gibraltar, propició las relaciones comerciales con África, en concreto con la actual Tánger , convirtiendo a la ciudad en uno de los puertos comerciales y pesqueros más importantes de la época, ya que también comercializaba con otras tierras e importaba productos por muchos puntos del Mediterráneo .

Además del comercio, el mar proporcionaba a los habitantes de Baelo el pescado necesario para su industria de salazón y la fabricación del «galum» , un preciado condimento producto de la descomposición en salmuera de desechos de pescado.

Su máxima época de esplendor coincide con un mayor desarrollo urbanístico, que se da desde el siglo I d.C. hasta la segunda mitad del siglo II d.C. Es entonces cuando se construye un amplio foro monumental, edificios lúdicos y un amplio complejo salazonero que se convierte en el motor económico de la ciudad. Es en este período cuando Baelo recibirá el apelativo de Claudia, promocionando el municipio romano y disfrutando de un periodo de prosperidad completo.

Ruinas de Baelo Claudia ABC

Según los expertos, es difícil determinar con seguridad hasta cuándo duró la época de esplendor de Baelo Claudia pero, al parecer , la ruina de la ciudad se produjo durante el s. III d.C ., si bien ya desde finales del s. II d.C. algunos edificios sufrieron demoliciones o dejaron de usarse con su finalidad originaria. En este periodo también sufre un terremoto, aunque sobrevivió un pequeño núcleo de población hasta los inicios del siglo VII d.C., cuando se abandona definitivamente. Desde esa fecha, la ciudad queda totalmente despoblada.

Lugares de culto

Sobre su estructura urbanística, Baelo Claudia es un claro referente de urbe romana, ya que en ella se localizan todos sus elementos representativos: el foro, los templos, los edificios de carácter administrativo como la curia o el archivo, el mercado, la muralla, el teatro, las termas, la basílica... Esta última es el segundo edificio de mayores proporciones en Baelo después del teatro. Además del judicial, se cree que tuvo otros usos como lugar para las transacciones comerciales y de reunión. Presidiendo la basílica se puede identificar la colosal estatua de Trajano con la toga de magistrado, y la cornucopia de la abundancia.

Otros de los puntos más curiosos a la hora de hacer un recorrido por Baelo Claudia son las termas, que en época romana eran, además de un espacio dedicado a la higiene, un lugar para el ocio y el esparcimiento social, y el teatro, que posee hasta 67 metros de fachada.

También destaca el capitolio, un trío de templos dedicados al culto de la Triada capitolina: Júpiter, Juno y Minerva . Dichos templos conforman el centro sacro de Baelo y tienen una situación dominante, al lado norte del Foro y sobre una plataforma que los eleva cinco metros, que simboliza la sumisión de la vida administrativa y política romanas a la divinidad. Por otra parte, en el ángulo noroeste del Foro se encuentra un templo dedicado a la diosa egipcia Isis, como atestiguan las dos inscripciones que se encontraron en la escalinata del templo durante las excavaciones.

Un estrecho de conservas»

El «decumanos máximo», la calle principal de la ciudad a la que se abrían la zona comercial y las termas, así como el mercado son otros de los lugares que se pueden ver en Baelo Claudia. Además, también se conservan numerosos restos de los tres acueductos que suministraban el agua a la ciudad, Sierra de Plata, Punta Paloma y Norte, y las factorías de salazón, situadas en la parte más cercana a la playa.

Estatua entre las columnas, Baelo Claudia ABC

Las visitas al Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia son gratuitas para los ciudadanos de la Unión Europea y tienen un precio de 1,50 euros para los que no lo son. En cuanto a horarios, hoy abre solo en horario de mañana de 9 a 15 horas, y mañana lo hará de 12 a 15. Aparte de estos días concretos, el horario general es de martes a sábado de 9 a 18 horas y domingos y festivos de 9 a 15 horas. Hasta el próximo 17 de enero el conjunto acoge la exposición «Un estrecho de conservas», que gira en torno a la comparativa entre los procesos de conserva pesquera romana y los de enlatado y conservas actuales en el Estrecho. Para más información, www.museosdeandalucia.es.

La famosa salsa «garum»

En la época romana se denominaba «cetaria» al tipo de fábricas dedicadas al procesado del pescado, motor económico de Baelo Claudia. Además de la captura del atún en almadraba y su posterior conservación, el producto más apreciado y caro que se elaboraba en estas factorías era una salsa conocida con el nombre de «garum». Este tipo de salsas utilizaba como base especies pequeñas de pescado como sardina o boquerón, mientras otras reaprovechaban las vísceras y la sangre de los atunes, como es el caso de la salsa «haimation». El «garum» acompañaba a todo tipo de comidas, a modo de aderezo o condimento, al actuar como sazonador y potenciador del sabor.

Debido a sus características se sabe que tenía propiedades estimulantes del apetito y se ha atestiguado que los médicos la recomendaban por sus facultades alimentarias y curativas. Hace pocos años, investigadores de la Universidad de Cádiz, dieron con la fórmula exacta del «garum», que se comercializa actualmente bajo el nombre de «Flor de Garum».

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