CÁDIZ
Atún, chocolate y una mujer en la cúpula de una red de narcos: las claves de la operación «Ropero»
La Guardia Civil desarticula una organización que utilizaba narcolanchas, barcos recreativos y motos de agua para introducir hachís en la Península a través de la costa de Tarifa y por el puerto de Algeciras

La operación que acaba de culminar la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar contra una organización de narcotraficantes bien podía llamarse «Atún y chocolate», como la película que Pablo Carbonell dirigió en 2004. Y es que uno de los cabecillas de la organización, dedicada a introducir grandes cantidades de hachís por las costas de Cádiz, tenía una pequeña flota dedicada a la pesca del atún que le valía de tapadera para aparentar una vida lícita y, supuestamente, para blanquear el dinero procedente del narcotráfico.
La operación en realidad ha sido denominada «Ropero» y ha culminado con la detención de 41 personas y la intervención de 5.176 kilogramos de hachís y nueve embarcaciones.
Esta organización criminal utilizaba narcolanchas, embarcaciones recreativas e incluso motos de agua para alijar hachís en las costas de Tarifa (Cádiz). Pero también lo hacía por la Aduana del puerto de Algeciras a través de vehículos con dobles fondos para ocultar la droga.
Entre los detenidos llama la atención además que ha caído una mujer en un puesto destacado de la organización. Normalmente, el papel de la mujer en estas redes de criminales se limita a los últimos puestos o al blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. En esta ocasión se trata de una mujer joven, de algo más de 30 años, desempleada y que estaba al frente del grupo marítim o que empleaba esta organización para su actividad ilícita.
Las investigaciones de la Guardia Civil comenzaron a finales de 2018 , cuando supo de la existencia de una organización criminal liderada por dos vecinos de Tarifa que podía estar introduciendo grandes cantidades de hachís en la Penísula, por lo que inició la operación «Ropero».
El Instituto Armado supo que esta trama introducía hachís de todas las formas posibles . Por mar usaba narcolanchas y barcos recreativos, así como motos de agua. La droga era alijada en la costa de Tarifa y en el puerto de esta localidad gaditana. Por tierra lo hacía con vehículos procedentes de Tánger que intentaban pasan la Aduana de Algeciras para entrar en la Península.
La Guardia Civil, tras una ardua investigación, supo que la organización estaba liderada por dos vecinos de Tarifa. Según ha sabido ABC , se trata de dos personas con numerosos antecedentes policiales por hechos similares.
Contaban con un grupo en el mar , dirigido por tres hombres y una mujer que, según la Guardia Civil, eran de plena confianza de los cabecillas. Ella se encargaba de las cuestiones de seguridad y no tenía antecedentes. Entre las tareas de este grupo estaban el pilotaje de las embarcaciones y labores logísticas en el mar, como arreglo de embarcaciones, repostaje y cambio de tripulaciones.
Además, contaban con personas interpuestas ajenas a la organización que utilizaban como testaferros para la compra de embarcaciones.
En tierra tenían dos grupos , cada uno liderado por un lugarteniente de los cabecillas, y que incluían a porteadores, conductores de los vehículos que llevaban la droga de la playa a la «guardería» –zona donde esconden la droga hasta su posterior distribución-, personal de seguridad , conocidos como «puntos» y personal de custodia de la droga en la guardería.
La organización tenía además a personas que recuperaban los fardos de hachís que llegaban a la costa y que otros narcos habían arrojado al mar cuando eran perseguidos. Esa droga la guardaban y la vendían a otros clanes al por menor.
Además del hachís y las nueve embarcaciones, la Guardia Civil investiga a nueve personas más vinculadas a esta organización y ha recuperado dos vehículos todoterreno que habían sido sustraídos.
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