Semana Santa Cádiz
«Con la Virgen de las Penas se me acaban las palabras»
Jesús devesa, Pregonero de la Virgen de las Penas
El gaditano exaltará a la Reina de la Viña este próximo jueves en la pequeña iglesia de la Palma
La Viña descuenta las horas para la llegada de un nuevo Lunes Santo. El barrio se prepara para recibir en sus calles al Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de Las Penas Coronada. En esta cuenta atrás, en estos días de Cuaresma la archicofradía celebra como es habitual el pregón en honor a la Dolorosa que en esta ocasión llegará de la mano del cofrade gaditano Jesús Devesa. El que fuera pregonero de la Semana Santa de Cádiz de 2016 tomará la palabra para exaltar a la Reina de la Viña este jueves, cumplir un sueño y despedirse de los atriles.
-¿Cómo ha encarado estos últimos meses el pregonero?
-Pues a decir verdad, la designación llegó cuando menos la esperaba. Era un pregón que yo tenía muchas ganas de dar por varios motivos: porque un día lo soñé y me gusta cumplir lo que sueño, porque Juan Manzorro se apostó conmigo que lo daría en unos tiempos en los que yo ya lo había descartado por completo y me ganó la apuesta y porque –no nos engañemos–, es un caramelito para cualquier pregonero que se precie de serlo. La Palma es una de las hermandades más señeras de la ciudad.
-Tiene usted una experiencia dilatada, a pesar de su juventud, fue el pregonero más joven de la Semana Santa de Cádiz, en 2016… ¿supone esta cita un poco el culmen a su trayectoria como vocero?
-Sin duda. Con el pregón de la Palma se cierra una etapa preciosa en mi vida cofradiera. No se me ocurre mejor escenario para despedirme de los atriles, que el de la Virgen de las Penas. Con Ella se cierra un ciclo. He pregonado todo lo que quería pregonar y considero que no debemos eternizarnos en los atriles, como tampoco deben eternizarse las personas en los cargos de hermanos mayores, mayordomos, capataces, etc. Pero ese es otro debate. Creo que en la vida todo es cíclico y yo he dejado lo mejor de mí en los años más enérgicos de mi juventud. Di mi primer pregón, a mi Virgen del Amparo, con veintitrés años. Desde entonces, me he vaciado por completo y, aunque aún soy insultantemente joven, hay que dar la oportunidad a las nuevas generaciones. Yo lo reclamaba hace veinte años y ahora debo ser consecuente con mis palabras.
-¿Hay un antes y un después cofrade para usted desde aquel año?
-No. Yo creo que el antes y el después se marcará tras el pregón de la Virgen de las Penas. Después del pregón del Falla, vinieron otros muchos pregones de Cádiz y de fuera de nuestra ciudad: en Cádiz capital di el de Victoria y el de la Esperanza del Amor; en San Fernando el de la Vera Cruz; en Chiclana y Puerto Real di los pregones de sus respectivas Semanas Santas; en Sevilla el de Rosario de Montesión etc… El parón vendrá ahora. Seguiré colaborando con todas las hermandades que así me lo soliciten en mi calidad de presentador o comunicador. Pero creo que mi misión como pregonero ya pasó. Considero que mi trayectoria ha sido muy apasionante y por ende debe concluir con un apasionante pregón como el que tengo escrito para la viñera más guapa del barrio.
-¿Le ha costado mucho la elaboración de este pregón?
-No es cuestión de dificultad. Escribir siempre es complejo si se trata del género de la poesía; las métricas, las consonancias, las diferentes estructuras que encierra cada poema... pero lo que se hace con el corazón sale solo. A mí se me ha complicado un poco el texto (y bendita complicación) con la llegada de mi hija Carmen que, aunque es buena y no nos da malas noches, pero como recién nacida que es, requiere mucho de nuestra atención durante todo el día y parte de la noche. Solo un consejo a los futuros padres con vocación pregonera: no acepten un pregón si su hijo aún no ha cumplido la cuarentena (sonríe).
-¿En qué se inspira para crear su texto?
Mis pregones están basados en mis propias vivencias. Yo soy cofrade de cuna y he vivido las hermandades desde diversos ángulos: en grupos jóvenes, juntas de gobiernos, cuadrillas y, cómo no, en los medios de comunicación. Son muchos los recuerdos que me afloran cada vez que me pongo delante del ordenador. Luego, lo demás es cuestión de inspiración y de conocer los patrones literarios que mejor le vayan al texto. Pero sin duda, antes de escribir hay mucho que vivir.
-¿Algún referente en cuestión de pregones?
-Bueno, referentes hay muchos. He aprendido y sigo aprendiendo de todo el mundo. De los más viejos del lugar, su experiencia y de los más jóvenes, la frescura. Todo el mundo hace y dice cosas interesantes que pueden encajarte en un pregón. No obstante, bebí de las fuentes más clásicas: Montero Galvache, Rodríguez Buzón o José María Rubio. Sin olvidarme de los padres de mi generación en Cádiz: Francisco Moscoso, Miguel Ángel Novo, Pepe Trigo o José Manuel Romo etc.…
-¿Qué vivencias, sensaciones, emociones espera transmitir en el mismo?
-Hablaré de la Palma que yo conozco y recordaré experiencias y anécdotas personales. Desde aquellos Lunes Santos en los que mi tío político (El Caracol) le cantaba saetas al Stmo. Cristo de la Misericordia nada más salir a la calle, a multitud de recuerdos vividos en las retransmisiones de Canal Sur y 7TV. Yo tuve la suerte de contar en directo para el mundo entero la coronación canónica de la Virgen de las Penas. Solo con eso tengo para rellenar medio pregón.
-¿Qué supone para usted la archicofradía de la Palma, la virgen de las Penas?
-A mí con la Virgen de las Penas se me acaban las palabras. Fijaos lo que pesa y manda la virgen en el barrio y en la ciudad que, siendo la dolorosa que va detrás del viñero (con lo que eso supone desde el punto de vista de la fe y la devoción popular), nunca la hemos visto en un segundo plano. Ella lo llena todo y es un atentico caramelito. Por su belleza, por el palio que la cobija, por la música que la envuelve y por su forma de andar bajo las órdenes de Ramón Velázquez. La archicofradía en sí, es un icono de nuestra Semana Santa fuera de nuestra ciudad.
-¿Cómo ha vivido esta Cuaresma?
-Mi cuaresma se resume fundamentalmente en mi programa de televisión. La vivo intensamente porque Luz de Pasión me permite estar al tanto de todo y en contacto con todos los que hacen posible la Semana Santa. Y eso es una delicia. Esta cuaresma ha sido también especial porque, como te decía antes, el 30 de enero nació mi hija Carmen. Y escribir el pregón durmiendo a la niña en los brazos es una de esas experiencias que le contaré a ella cuando sea mayor.
-¿En qué momento diría se encuentra la Semana Santa de Cádiz?
-Bueno, creo que está en un proceso embrionario a pesar de ser de las Semanas Santas más antiguas de Andalucía. Pero ella misma decidió un día renovarse o morir y ahí está, reinventando carreras oficiales, nuevos pasos aún en madera y nuevos estilos de carga que eran impensables de concebir en los años ochenta. La asignatura pendiente la tienen los hermanos de la Oración en el huerto. Pero tengo buenas vibraciones y confío en que la hermandad saldrá fortalecida de todo este embrollo más pronto que tarde.
-Y dada su experiencia, en comparación con lo que se vive en otras ciudades, ¿qué mejoraría?
-La verdad es que a mí no me gusta comparar nuestra Semana Santa con ninguna otra. Creo que tiene la suficiente personalidad como para compararse consigo misma y mejorar cada año. Lo cierto es que nos faltan relaciones institucionales, confianza en nosotros mismos, ensayos de las cuadrillas en líneas generales, compromiso de los hermanos y sacrificio para salir en la fila y sobre todo formación por parte de los dirigentes cofrades.
-Algún pregón que le gustaría dar, ¿le queda alguna exaltación pendiente o ya más bien piensa en la retirada en lo que a pregones se refiere?
-Bueno, como te decía antes, con el pregón de las Penas daré por concluida mi etapa en los atriles. El olfato me dice que mi ciclo ya pasó. Ahora tengo entre manos muchos proyectos ilusionantes relacionados con los medios y la literatura. Si Dios quiere, pronto publicaré mi segundo libro, el primero en el género de la novela. Estoy muy ilusionado con eso y necesito dedicarle el máximo tiempo posible. No le negaré que, como gaditano, me hubiese gustado pregonar a la Virgen del Rosario, nuestra patrona. Pero si no me llegó en su momento sería por algo. Los pregones son regalos del cielo y, creo honestamente, que soy un afortunado por haber dado todos los pregones que llevo a mis espaldas.
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