SEMANA SANTA JEREZ

Manuel Jesús Elena: «Todos los motivos son válidos para ser costalero»

El capataz de la O asume este año también el martillo de la Esperanza de San Francisco, hermandad que ha decidido pagar a sus costaleros tras el episodio de la pasada Madrugá

Horarios, itinerarios y recorridos de la Semana Santa de Jerez 2023

Manuel Jesús Elena en la iglesia de San Francisco M. GUERRERO

MIGUEL GUERRERO

Jerez de la Frontera

El palio de María Santísima de la O es uno de los que mejor andan en Jerez, según afirman numerosos entendidos de la costalería. El principal artífice de ello es su capataz, Manuel Jesús Elena, quien se puso al frente de la cuadrilla con tan solo 21 años. Muchos años después, 17 concretamente, la Virgen de la O ocupa un lugar especial en su corazón junto con los titulares de su hermandad del Transporte, donde viste la túnica, o de la cofradía de Dolores, entre otras devociones.

Este año, Elena comanda también la cuadrilla de costaleros de la Esperanza, de la hermandad de las Cinco Llagas. Tras el triste episodio que tuvieron que vivir sus hermanos el año pasado, donde tuvieron que recogerse prematuramente por falta de costaleros, la cofradía decidió buscar un nuevo capataz y pagar a la cuadrilla. Ha supuesto la vuelta de un modelo muy normalizado hace décadas: la cuadrilla de costaleros asalariados, aunque al entrevistado aboga por no añadir etiquetas.

Sabedor de que en la próxima Noche de Jesús muchos ojos pueden estar puestos en cómo anda el palio, Manuel Jesús Elena rehúye del foco mediático. «Quiero que las personas que vayan a ver la cofradía miren hacia arriba, a la Virgen, y no hacia abajo».

-Por muchos cofrades, el palio de María Santísima de la O es considerado uno de los que mejor andan en Jerez. ¿Cuál es el secreto?

-El primer motivo por el que anda tan bien es porque tiene los que, para mí, son los mejores costaleros del mundo. No lo digo por cumplir con mi gente, sino porque verdaderamente me lo han demostrado. Otro factor importante es la existencia de un proyecto, que comenzó en 2007 con un grupo de unos cuarenta jóvenes. Estos han sabido entender la filosofía que les he transmitido con mis mandos a lo largo de los años. Hoy en día, solo con mirarnos saben lo que quiero y yo sé cómo van. Es una cuadrilla muy afianzada, con pocas bajas porque los hombres están a gusto. El proyecto está ya asentado porque en su momento se comenzó por los cimientos. Además, tengo un equipo de capataces que, al igual que yo, se preocupa por mejorar cada día.

-En la conversación previa a la entrevista, me has comentado que se puede llegar a la devoción a través de las trabajaderas.

-Claro. Ahora mismo, la cuadrilla de la O la conforman más de 80 costaleros y creo recordar que hermanos de la cofradía son siete u ocho. El cariño con cariño se paga. La hermandad de la Defensión, junto con mi trabajo, ha sabido transmitir el cariño y devoción a la Virgen. Además, respetan la figura del costalero, sin poner trabas absurdas ni barreras innecesarias. La Virgen se traslada en mayo al colegio de la Compañía de María (actual colegio Montaigne), en dos días en horario lectivo, y hay costaleros que sin ser hermanos se piden esos días en su trabajo para vivir los momentos que regala la Virgen. Es un ejemplo de actitud devocional ante la imagen que no lo da una medalla al cuello, sino el día a día con la dolorosa.

-Con esta Semana Santa, son 17 años al frente de su palio. ¿Qué significa para ti la Virgen de la O?

-Lo voy a explicar con un ejemplo. Mi hijo, que cumple el mes que viene seis años, nace un Jueves de Pasión. Mi hijo sale del hospital poco antes de Semana Santa y lo presento a la Virgen, junto con mis costaleros, en el bulevar conocido como «el de los niños» por mi gente. Todos los hijos que han ido naciendo en estos años se presentan allí, por ser una hora temprana el Martes Santo. Recuerdo perfectamente aquel día, que no sabía si podría estar, y estuve con mi hijo en brazos agradeciendo a María Santísima de la O. Sin ser hermano de la Defensión, tengo devoción a la Virgen de la O. Puede ser una frase que lo resuma todo.

Palio de María Santísima de la O M. GUERRERO

-Este año asumes también el encargo del martillo de la Virgen de la Esperanza, titular de la hermandad de las Cinco Llagas. ¿Es la cuadrilla de la Esperanza de San Francisco la cuadrilla de la O en su mayoría?

-En un porcentaje altísimo, de más del 95%, el costalero de la Esperanza es costalero de la O. Eso se da por dos motivos. Convoqué una igualá abierta en la que todo costalero que quería presentar su trabajo tuvo la oportunidad de hacerlo. Los costaleros de la O, que tan identificados se sienten con mi forma de llevar los pasos, acudieron.

-¿Qué término se debe usar para referirse a la cuadrilla de la Esperanza? ¿Costaleros asalariados, profesionales…?

-Como todas: cuadrilla de costaleros. La palabra costalero es tan grande y engloba tanto que no necesita aditamentos ni adjetivos calificativos. No me gusta ponerle etiquetas a la palabra costalero.

-Era una práctica que antes se daba mucho, pero que en las últimas décadas dejó de ser norma. ¿Se verán en años venideros más hermandades jerezanas pagando a sus cuadrillas de costaleros?

-Cada cofradía y cada paso tiene su mapa de realidad. Hay hermandades que pueden llenar con hermanos las cuadrillas de los dos pasos; otras que un paso tiene a hermanos costaleros y el otro paso, no. Entiendo que cada cofradía tendrá que adoptar qué modelo de cuadrilla necesita para cada uno de sus pasos. Todos los motivos para cargar una imagen creo que son válidos. Habrá quien lo haga por devoción, alguno por ir con sus amigos, el que acuda porque va a recibir una cantidad de dinero o incluso porque le gusta la banda que acompaña al paso. No he encontrado en mis 38 años de vida un motivo que no sea válido para ejercer de costalero. ¿Si más hermandades tendrán que pagar a sus costaleros? El tiempo lo dirá.

-¿Qué factores hacen que una igualá se llene o no?

-Son muchos los motivos para sacar un paso y muy dispares: la devoción, el peso histórico de la cofradía, el capataz, la música… El costalero lo que sí quiere es hacer bien su trabajo y sentirse seguro. Eso sí lo mide mucho el costalero actual, incluso a veces más que lo devocional. La devoción no lo es todo a la hora de cruzar una zambrana y meterse debajo de un paso, porque la salud está en juego. Atrás quedaron los tiempos de sacar pasos descalzos, si ibas un palo hacia atrás no pasaba nada, etc. Se está normalizando la seguridad. El costalero sabe que se somete a un esfuerzo físico, pero no se conforma con menos de lo mínimo: sentirse bien.

-La hermandad de las Cinco Llagas, en los últimos años, ha tenido numerosos capataces y parece que ninguno terminó de cuajar. ¿Te has sentido valorado por la hermandad y a gusto a la hora de desempeñar tu trabajo?

-He descubierto en San Francisco una hermandad de puertas abiertas. Me he encontrado con personas atentas y serviciales. Los hermanos quieren lo mismo que yo quiero: que la Virgen en las calles invite a la oración. Hasta el momento, todo lo que he pedido a la hermandad de las Cinco Llagas me lo ha concedido. Cierto es que todo lo que he pedido ha sido justificado, argumentado y razonado y por el bien de mi cuadrilla y de la hermandad.

María Santísima de la Esperanza M. GUERRERO

-¿Por qué va a salir el palio a ruedas por la puerta de San Francisco?

-Es muy sencillo. Va a salir sobre ruedas por la puerta por una decisión técnica, que no está basada en la altura de los hombres. La cuadrilla actual es más baja que la del año anterior. Lo digo porque a la igualá abierta que convocamos se presentaron costaleros del año pasado y algunos de ellos, por desgracia, no han podido entrar porque sobrepasaban la altura que yo quería. El motivo real es la altura del paso, porque no cabe por la puerta. ¿Podría adoptar otros métodos de trabajo, como salir de rodillas? Sí. ¿Podría hacerlo? También. Ya lo he demostrado en otras cofradías. Pero no quiero hacerlo, no tengo la necesidad. Hay cofradías que sacan a su Cristo a una altura menor o que a su Nazareno quitan parte de la cruz para evitar un esfuerzo mayor por parte de la cuadrilla. Mis máximas son preservar la salud de mis hombres, y por ello soy capaz de inventar cualquier cosa; proteger el patrimonio de las cofradías; y mantener la espiritualidad de la estación de penitencia, sin tener que desarrollar un trabajo que suponga mayores estridencias y que sea evitable. Por todo ello, la Virgen de la Esperanza saldrá a ruedas y luego la alzarán sus costaleros.

-En la próxima Madrugá y por lo que sucedió el año pasado, muchos ojos estarán puestos en cómo anda la cuadrilla de costaleros de la Esperanza.

-La protagonista es la Virgen siempre. Quiero que los cofrades miren hacia arriba, no hacia abajo. Soy un hombre con formación cristiana, bautizado, confirmado, casado por la Iglesia y que trata de transmitir a sus hijos los valores cristianos, porque entiendo que es lo mejor para sus vidas. Soy consciente de lo que hay entre mis manos en mi condición de capataz: la salud de mis hombres, lo artístico –la propia imagen, los bordados de su palio…- y lo devocional. Sé que las cofradías salen a las calles para ejercer una evangelización y una catequesis. Tengo tan claro que en la Semana Santa lo más importantes es el Señor y la Virgen, que todo lo que se trabaja y se elabora tiene que ir de forma piramidal a las propias imágenes que salen a la calle. Si mis voces o el trabajo costalero distrae al público para que en vez de mirar hacia arriba miren hacia abajo, los conceptos están perdidos en la Semana Santa.

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