Patrimonio

Las asociaciones de Arte Sacro piden a las cofradías que acudan «a talleres de solvencia y experiencia demostradas»

Los profesionales del sector alertan sobre la proliferación de piezas de «baja calidad y producción irregular»

La doradora de Sanlúcar, Felisa García Llanera, en uno de sus trabajos en el taller L. V.

A. M.

Cádiz

Artesanos del Arte Sacro de Andalucía se han unido para denunciar una situación preocupantes. En concreto, Sevillana de Arte Sacro, GadesArt de Cádiz, la Asociación Gremio Arte Sacro Málaga y la Asociación Profesional Cordobesa de Arte Sacro denuncian las prácticas que se están llevando a cabo en el sector ante la ejecución de enseres cofradieros por parte de personal extracomunitario de países como Bangladesh o Pakistán.

Los artesanos han elaborado un completo comunicado en el que esgrimen los motivos por los que hay que estar alerta. En primer lugar destacan que «las piezas artesanales que revisten cofradías, iglesias e imágenes poseen la belleza plástica que exhiben gracias al ingenio artístico y unos procesos de ejecución artesanales que siguen despertando admiración sin límites después de siglos de búsqueda y experiencia por los diferentes oficios y gremios, a través de unos conocimientos que se han ido transmitiendo de generación en generación convirtiéndose así en un patrimonio inmaterial añadido de gran valor«.

A su vez hablan del valor identitario. Así, señalan que viene «derivado del que posee la Semana Santa andaluza y sevillana en particular, expresión de una cultura y una religiosidad concreta vinculada visualmente a los enseres que realizamos«. En este punto asemejan esa identidad artística con la carga o la música cofrade. »De la misma manera que nuestros pasos o imágenes son llevados por costaleros o cargadores y no se plantea a priori una forma extravagante ajena a ello, porque forma parte de nuestra identidad de la misma forma que la música que acompaña a estas procesiones e imágenes posee igualmente una identidad sonora en la que nos vemos reflejados como colectivo y no alguna de otra naturaleza, instrumentos extraños o procedencia internacional, las piezas artesanales que revisten nuestras cofradías llevan consigo unos valores identitarios –aparte de los meramente artísticos- que trascienden los del mero objeto y que son igualmente necesarios para la lectura, conjunción y expresión genuina de nuestra religiosidad popular«.

Inciden los artesanos por tanto en la exclusividad de las piezas «no son, pues, meros objetos de consumo fáciles de imitar. Enaltecen y arropan a las Imágenes religiosas y las creencias o devociones a través de un particular y específico código artístico que se ha ido decantando a través de siglos, y llevan consigo un esfuerzo artístico, técnico, e incluso vital que sólo es entendible en las coordenadas de la celebración de la Semana Santa andaluza«.

Publicidad engañosa

Las asociaciones de artesanos denuncian también que desde hace algunos años y a través de las redes sociales los artistas, artesanos, y muchas hermandades sufren «un auténtico bombardeo incesante y sin límite de mensajes y publicidades de supuestas empresas que se comprometen a realizar piezas cofradieras, en particular bordados en oro al estilo sevillano, además de cordonerías, hilaturas y galonerías para este tipo de clientela«.

Pero lo más gravoso es que según explican utilizan para esos anuncios fotografías de piezas que han sido creados por ellos para exponer que la pueden reproducir igualmente ignorando todos los derechos mercantiles y de regulación de competencias y sus potenciales compradores terminan siendo víctimas de un fraude.

Otro de los aspectos que destacan los artesanos es que evidentemente la producción de las piezas en esos talleres está exenta de cualquier normativa y a ello se une el que plagian dibujos y creaciones de los artistas y además técnicamente, según denuncian, «no tienen –ni de lejos- la calidad ni los valores plásticos y artísticos de las piezas realizadas en nuestros talleres, siendo enseres que no resistirán el paso del tiempo ni tendrán la ergonomía necesaria para el uso, manipulación frecuente y colocación de una prenda de esta naturaleza, que necesita unos estándares de elaboración para ello«.

Desde el sector de los artesanos andaluces se defiende que no existe en algunos casos una buena gestión patrimonial ya que el hecho de que una cofradía sea humilde económicamente no justifica encargos a estos talleres ya que se pueden realizar piezas de valor artístico sin ajustándose al presupuesto. Además, se trata de una situación esta, que afecta distintas disciplinas como el bordado, la talla en madera, el dorado, o la orfebrería.

Tecnología mal empleada

Los artesanos señalan también otro aspecto fundamental en estos tiempos como es el empleo de medios tecnológicos para unas producciones que carecen del valor que supone la creación artística. No obstante desde el sector se adaptan las creaciones a los avances y la tecnología en determinados momentos y como forma para mejorar la conservación del patrimonio pero por encima están la creación artística y el valor identitario.

Por último, los artistas dedicados al Arte Sacro lanzan un mensaje a las hermandades para evitar males mayores ya que a veces se encargan restauraciones o retoques de piezas a personal que emplea estas técnicas a bajo coste, lo que daña de manera irreversible las piezas. «Creemos oportuno llamar la atención de hermandades, promotores y cofrades para que se asesoren previa o directamente acudan a talleres de solvencia y experiencia demostrada».

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