Semana Santa 2024
Ángel Téllez: «No es encender sólo el paso, conlleva una responsabilidad»
Jerez
El apellido Téllez cuenta ya con tres generaciones relacionadas con el oficio de encender los pasos
La formación y la experiencia son un grado: «ya me sé las calles de Jerez y hay algunas en las que hay que jugar con el viento»
La labor de los encendedores en una cofradía es siempre fundamental, más aún en días de viento, como puede suceder en esta Semana Santa. Un palio con la candelería sin encender como es debido o con la misma en su máximo esplendor cambia radicalmente. Ángel Téllez es uno de los encendedores más reconocidos de Jerez de la Frontera, que hace pleno en la Semana Mayor ejerciendo el oficio no solo en su ciudad natal.
Desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, el entrevistado no descansa y todos los días trabaja en alguna cofradía: Soberano Poder de Morón de la Frontera, Cristo Rey, Sed, Defensión, Consuelo del Pelirón, Humildad y Paciencia, Yedra, Cristo del Amor del Cuervo, Santa Marta y Sagrada Resurrección de El Puerto de Santa María. «Es una semana que se vive intensamente y que se disfruta muchísimo».
A modo de ejemplo, lo que realizará de Jueves a Viernes Santo: saldrá en la jornada del Amor Fraterno con Humildad y Paciencia, que se recoge a la 1:30 de la mañana aproximadamente, para un cuarto de hora después estar ya en la plazuela con la Yedra. Una vez que esta se recoja, a las 11:20 de la mañana del Viernes Santo, tirará para el Cuervo. «Me puedo pegar 20 o 30 y tantas horas sin dormir», pero, como afirma Téllez, «sarna con gusto no pica».
Su padre siempre le decía que ser encendedor es «el sitio más privilegiado de una cofradía, ya que estás alumbrando a tus titulares y mirándoles muy cerquita». No obstante, considera que, a su vez, es un puesto «muy poco valorado, pero muy importante».
Aunque pueda darse por sentado, Téllez explica la función del encendedor en una cofradía: «el cometido principal es que la candelería nunca se venga abajo, que los codales del misterio como las candelerías y candelabros de cola de los palios estén siempre iluminados». Para ello, se requiere de una formación, a pesar de que se pueda pensar que lo puede hacer cualquiera. De hecho, el entrevistado advierte de los incidentes que se han visto durante la Semana Santa, como ropajes de imágenes o flores que salen ardiendo.
La diferencia entre un encendedor formado y el que no cuenta con ella es notoria: «Hay que saber colocar un pabilo, los días de viento hay que saber por dónde atacar la candelería, hay que estar pendiente al paso, porque en las levantás se puede soltar un codal o un cirio y puede dar lugar a incidentes. No es encender solo el paso, conlleva una responsabilidad».
Téllez inicia su trabajo una hora antes de que salga la cofradía, preparándolo todo, y lo finaliza «una vez que el último nazareno se marcha tras rezarle a sus titulares, que es cuando apago el paso y acabo mi labor». Para el buen desarrollo del oficio, además de la formación, este encendedor destaca la experiencia: «Llevo 16 años en esto y ya me sé las calles de Jerez, y hay calles en las que hay que jugar con el viento».
Otra cuestión a tener en cuenta, según el entrevistado, es entenderse con los capataces. A veces, les pide que arríe el paso más adelante o más atrás en las jornadas de viento con el fin de guardar la candelería.
Tres generaciones con la caña
Téllez aprendió el oficio de su padre Alfonso, quien a su vez comenzó en el año 1981 en la hermandad de la Estrella, cofradía de la familia. Su padre falleció en 2008 y en su última voluntad le pidió que continuase con el legado: «Él llevaba un par de años queriendo que fuera a aprender con él, pero yo estaba aún en una etapa buena de costalero y no quería salir de las trabajaderas». Tras fallecer, Ángel pidió en la Semana Santa siguiente ocupar el puesto de su padre.
En una procesión de San Juan Bautista de La Salle para el Corpus, la hermandad lasaliana encomendó a su padre ser encendedor, pero no pudo aceptarlo por su enfermedad. Fue entonces cuando Ángel se hizo cargo por primera vez de la caña, mientras su padre Alfonso le indicaba y daba consejos. Posteriormente, fue a Sevilla para completar su formación junto con la familia Santizo.
El apellido Téllez cuenta con la tercera generación vinculada al oficio de encendedor. Sus hijos, José Luis y Ángel, de 19 y 9 años respectivamente, trabajan junto a su padre las cofradías: «el mayor desempeña ya el oficio prácticamente solo y el pequeño prepara una caña y el pabilo como muy poca gente sabe hacerlo en Jerez». Para él, es toda una satisfacción «cumplir con el legado de mi padre de la mano de mis hijos».