Cádiz

El «calvario» laboral del exchófer de Teófila alerta a más de 200 empleados municipales

Su despido, pendiente de sentencia, como conductor ilustra la incertidumbre del personal temporal por el llamado ‘Icetazo’

Rafael Sáinz está a la espera de sentencia por su despido. Francis Jiménez

P. L. G.

Cuenta la leyenda, urbana, rural y profunda, que cuando una persona encuentra hueco en la administración pública durante unos años difícilmente vuelve a verse en la calle. Ese mismo cliché, largo y profundo, asegura que los empleados públicos sudan, temen y dudan menos que los de la selva privada (pese a las efímeras y olvidadas ovaciones populares a determinados trabajadores relacionados con sanidad y seguridad sobre todo).

Como todo cliché arraigado en el imaginario popular tiene un componente de lógica y experiencia. También incluye otro de prejuicio y generalización que anula los matices, las muchas variantes y salvedades. Hay tantos casos como personas . Hasta James Bond es (¿o era?) trabajador público.

En el Ayuntamiento de Cádiz, como en toda institución pública, esos tópicos resultan difíciles de erradicar. Sin embargo, un terremoto de compleja traducción a términos coloquiales amenaza con fuerza la ‘pax’ funcionarial , ese falso nirvana laboral en el que los autónomos y empleados de firmas privadas creen que vivirán siempre de la cosa pública.

Ese sismo es el ‘Icetazo’ , en referencia al ministro que firma el decreto ley, el que fuera líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. Simplificando hasta el riesgo de ridículo, viene a ser una medida para frenar la galopante interinidad, la temporalidad, en la administración pública española . El Gobierno tuvo que reaccionar a toda prisa después de que una sentencia –el 3 de junio de este año– del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sancionara que existe «un abuso» intolerable de este tipo de contratos en las instituciones españolas.

De hecho, el Gobierno tiene que convertir a más de 500.000 interinos en fijos antes de 2025 ... O dejar que pierdan su puesto de trabajo. Por cierto, sin indemnización pero con derecho a subsidio de desempleo. Esa es la situación actual aunque el nuevo decreto incluye la opción, por confirmar aún, de indemnizar con 20 días por año trabajado a los interinos que salgan por el ‘Icetazo’.

Los interinos o temporales con más de diez años de trabajo continuado sin que su plaza haya sido convocada pasarían a ser fijos por el (aún por concretar y aplicar) decreto de Iceta. Sin embargo, los que tengan más de tres años de trayectoria laboral sin que su plaza se haya convocado formalmente tienen que volver a someterse a una prueba de ingreso.

Son los interinos, los temporales que encadenan un contrato tras otro, o los que ocupan una vacante de forman indefinida desde antes de 2018... En total, unos 200 de los mil trabajadores que tiene, por ejemplo, el Ayuntamiento de Cádiz . Uno de cada cuatro tiene su trabajo en el aire. Temen tener que pasar una prueba, un examen, con publicidad y competencia para un puesto de trabajo que llevan años desarrollando y para el que, todos, superaron algún tipo de prueba o examen, para el que tuvieron que prepararse y entrar en una bolsa de trabajo (lista de espera) hasta que hubo una vacante o un puesto que cubrir.

Aún falta por resolver, por cerrar, el famoso ‘Icetazo’. También está por ver cómo lo aplica cada administración . El Ayuntamiento de Cádiz, como todas las instituciones, mira al techo mientras tanto (un día dice que no hay nadie «en fraude de ley», otro día que las pruebas no se harán hasta que el decreto esté aprobado). Pero la situación que se ha creado tiene riesgos graves.

Uno de ellos es que de esos 200 afectados en el Ayuntamiento de Cádiz, con una edad media que ronda los 50 años , con más de una década de trabajo municipal, se vayan a la calle con una edad que dificulta su reintegración laboral hasta convertirla en un milagro. O que personas, todas ellas con lustros de labor municipal, con hasta 63 años, tengan que prepararse un examen para competir con jóvenes de 26. Todos, trabajadores que difícilmente contemplaban otro escenario laboral que el actual.

No vuelva usted mañana

Como en todo entorno laboral, los trabajadores temen que la ‘empresa pública’ aproveche la brecha para sacarse de encima a personas con las que han tenido conflictos laborales, que han tenido diferencias con su entorno o sus superiores, o que entiende que sobran para aligerar masa salarial, para dejar sitio a otros...

Rafael Sáinz Robles, de 59 años, ejemplifica esta situación en el Ayuntamiento de Cádiz . Ha decidido hacer público su caso porque, con el ‘Icetazo’, muchos compañeros «pueden acabar en la misma situación». Entró a trabajar en 1992 en San Juan de Dios como conductor-mecánico. En ese tiempo, con breves interrupciones, ha ejercido especialmente como chófer «de Teófila Martínez, de José Blas Fernández, de muchos concejales... Hasta de las ninfas del Carnaval cuando había. Noches, fines de semana y festivos. He calculado que aún me deben 300 horas».

Hasta encadenar 21 años de trabajo . En 2019, cerca de la hipotética jubilación asegura que los responsables municipales de Personal aprovecharon su larga interinidad para decirle «de la noche a la mañana» que no acudiera más a su trabajo. «Mañana no vengas, me dijeron. Sin más».

En ese tiempo como trabajador municipal, su plaza interina, temporal, había sido convocada. Se presentó a la prueba y quedó el primero en la bolsa de trabajo , en 2015. Sin embargo, según la versión de Sáinz que apoya el CSIF, esa situación no le ha impedido salir. El que fuera chófer de la alcaldesa denunció su despido como improcedente. El Juzgado de lo Contencioso Administrativo está pendiente de publicar sentencia. Espera que sea pronto pero advierte a sus compañeros del «calvario» que ha sufrido porque puede esperarles algo parecido en unos pocos casos extremos.

«Llevo dos años de pleitos. Estos procesos suelen resolverse pronto pero el Ayuntamiento ni siquiera enviaba la documentación que le requería el Juzgado, lo han ralentizado durante dos años . He perdido 30 kilos, me diagnosticaron depresión... No se lo deseo a nadie». Cree que en su salida hay una motivación politica: « Me he sentido señalado porque me tocaron tantos años de trabajo con el PP. No tienen escrúpulos », dice de la actual administración municipal.

CSIF destaca, además, que el trabajador ha gastado «más de 2.000 euros en litigar, de su bolsillo, pero si el la sentencia le resulta favorable, tendría que ser indemnizado, o readmitido, con dinero público , municipal. Esto podría pasar en otros casos, el coste de estos conflictos lo pagamos entre todos»

Pero alguien más puede vivir situaciones similares. De hecho, el afectado y el sindicato CSIF en el Ayuntamiento de Cádiz aseguran que otras dos trabajadoras, de Asuntos Sociales y con más de 50 años de edad, también se han visto en la calle con la excusa de que sus funciones o programas han acabado.

Con estos ejemplos, tratan de advertir de lo vulnerable de la situación laboral de hasta 200 trabajadores «algunos en altos cargos, manejando presupuestos millonarios, planificando proyectos y obras» que podrían verse en la calle aprovechando la transición de la precariedad al incierto ‘Icetazo’.

Hay una luz de esperanza en la que los afectados no creen: en 2005 y en 2009, ante situaciones similares aunque sin tirón de orejas de la Unión Europea, se produjo una regularización masiva . Decenas de miles de interinos y temporales pasaron a ser funcionarios, con plaza, para toda la vida, ahora sí. Cabe pensar que suceda algo parecido ahora pero los afectados actuales, al menos en la capital gaditana, tiene más temor que esperanza. Y en este último caso todos pasaron en su día, al menos, una prueba para acceder a su puesto de trabajo.

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