Declarado culpable el asesino de Miriam Tamayo

Germán J.G., de 27, años pagará caro haber asesinado a sangre fría a su expareja, Miriam Tamayo, de 22, en Jerez de la Frontera el 13 de junio de 2013. Un jurado popular lo acaba de condenar este jueves como autor de un delito de asesinato con alevosía con agravante de parentesco y otro de amenazas graves en espera de que la juez redacte la sentencia. El juicio quedó visto para sentencia la mañana de ayer. La Fiscalía había endurecido su postura inicial y había añadido un delito de amenazas al de asesinato que ya solicitaba, sumando el agravante de parentesco que ya solicitaba la acusación particular. Asimismo, ha incidido en la «alevosía sobrevenida en la que habría incurrido el acusado, pues la chica, que dejó un hijo de corta edad, «no tuvo la más mínima posibilidad de defenderse y salvar su vida».La fiscal había recriminado al acusado que «ha estado mintiendo de principio a fin. No ha dicho la verdad en ningún momento». Entre otras cuestiones, ha resaltado en sus conclusiones que ha quedado acreditado durante el juicio que habían tenido una relación estable fruto de la que nació un hijo y que « tenía intención de matarla».

El acusado, durante su alegato final ante el jurado, había manifestado que está «muy arrepentido» de lo que ha hecho y que «todas las noches» pide «perdón» a Miriam desde su celda. Pese a que en la primera sesión del juicio aseguró que no tenían relación y que lo único que les unía era un hijo en común, se ha referido a la víctima como «mi mujer». Asimismo, ha insistido que Miriam tenía una relación con otra persona y que los «celos» le volvieron «loco», ha señalado Europa Press.

El letrado de la acusación particular; marcos Rodríguez, se ha adherido al informe del fiscal y ha sostenido que el acusado se inventó la ingesta masiva de drogas, alcohol y tranquilizantes, añadiendo que buscó un sitio más «tranquilo» para cometer el delito -habría aparatado a la víctima de la avenida donde ocurrió el crimen- y, además, «no ha mostrado signos de arrepentimiento».