El Bono Alquiler Joven se le atasca a la Junta de Andalucía ante el «hartazgo» de los afectados

Desde la Consejería de Fomento se asume el «retraso» en la resolución de los bonos pero aseguran que están trabajando «intensamente» para agilizar al máximo el proceso y que se están produciendo «avances». Insisten en que a estas alturas «se están resolviendo, notificando y pagando» algunos de los expedientes. Sin embargo, las cifras concretas no parecen estar muy claras por ahora y se limitan a «detalles positivos» que no terminan por calmar la indignación de los solicitantes. Según los datos del ejecutivo, a día de hoy se han evaluado en su integridad más del 50% de las 11.750 peticiones con crédito reservado. «Hace una semana era justo el 50%, por lo que algo hemos avanzado». También, aseguran, se aprecia la evolución en las solicitudes con propuesta definitiva favorable, que han pasado a lo largo de estos últimos siete días de los 2.080 a los 2.506 expedientes. Otra cosa bien distinta es cuántas de estas ayudas han sido abonadas, un dato que por ahora se desconoce y que no son capaces de concretar desde el Gobierno andaluz. Las fuentes consultadas se limitan a confirmar que «se seguirán publicando resoluciones en los próximos días y resolviendo una convocatoria de ayudas con unas bases que nacieron enrevesadas». Pero nada más.

Fomento recuerda que «hace un año avisamos de la complejidad de la tramitación del Bono Alquiler Joven y de lo que pasaría si no se adoptaban medidas correctivas». De hecho, Andalucía fue la última comunidad en publicar esta convocatoria en el mes de noviembre del pasado año. Una ayuda de hasta 250 euros mensuales durante dos años, que se financia con cargo a los fondos transferidos por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, para que jóvenes andaluces con escasos recursos económicos puedan hacer frente al pago de sus cuotas de alquiler, bien sea de una vivienda o de habitaciones individuales. La Junta recuerda que, a pesar de las advertencias, «el Gobierno de Sánchez decidió mirar para otro lado y ahora estamos sufriendo las consecuencias no sólo en Andalucía, sino en la gran mayoría de las comunidades».

El retraso en las ayudas, que la Junta dice que abonará «en breve» y con carácter retroactivo desde enero de 2022, ha provocado el «hartazgo» de los afectados. Es el caso de Aurora Santos, una cordobesa de 29 años que cobra «unos 700 euros al mes» por su trabajo de media jornada y afronta un alquiler de 500 euros. Las cuentas no le salen y ha decidido dar clases particulares para lograr un sobresueldo. A pesar de todo, se ha visto obligada a «paralizar» varios proyectos de futuro como su boda. «Mi pareja me pidió matrimonio el año pasado pero en estas circunstancias no podemos casarnos». Además, ha optado por privarse de «muchas cosas» y ha logrado «sobrevivir» con el apoyo de su padre. «Si no llega a ser por él, que me ayuda con la comida, no sé qué hubiera hecho».

Con todo, prefiere mirar al futuro con «optimismo» y está «convencida» de que «vamos a cobrar el bono, lo que no sé es cuándo». Dice ser una «afortunada» por vivir en el mismo piso, ya que «conozco a jóvenes de más de 30 años que han tenido que volver a casa de sus padres y renunciar a su nueva vida», pero no oculta que «cuando se acabe mi contrato tendrá que buscarme uno más barato». De momento, el viernes acudirá a la protesta en Sevilla porque «somos muchos los que estamos pasando por la misma situación y tenemos que apoyarnos».

En Granada, una joven que prefiere mantenerse en el anonimato por «temor a represalias» de los funcionarios, explica que el retraso ha afectado a su salud. «He estado enferma y no puedo dormir por las noches. Me castigo, porque me está costando muy caro». Es el relato de una universitaria y trabajadora, que prepara su Doctorado, pero que tiene «dificultades» para llegar a fin de mes. «Mi sueldo es de 750 euros y pago 400 euros más gastos de alquiler. Contaba con la ayuda para vivir más desahogada pero me tengo que apretar el cinturón». Así, ha optado por «sacrificios» como «comprar alimentos más baratos o renunciar a la academia de inglés».

A pesar de todo, se siente «afortunada» por ser una de las 14.000 personas que presentaron la solicitud a tiempo. Aunque el plazo era de tres meses, en sólo tres días se agotaron los bonos y el sistema colapsó. «Tuve que hacerlo a las 5 de la madrugada porque la página estaba caída». Sin embargo, la prisas le jugaron una mala pasada y cometió un error en el periodo solicitado. «Fue fallo mío, pero la Junta no quiere subsanar el error a pesar de que las bases dicen que se tendrá en cuenta la documentación aportada». De hecho, «un compañero de Málaga ha podido corregir los plazos». Más allá del tiempo, «la realidad es que ni siquiera he cobrado la ayuda de los meses que sí tengo concedidos», lamenta.