SOCIEDAD

Taberno: el pueblo que no quiere oler a cerdo, sino a pino

Los vecinos consiguen parar las obras de una macrogranja porcina para más de 6.000 animales

Los vecinos se manifestaron la pasada semana en contra de la macrogranja de cerdos. ABC

R. Pérez

Los casi mil vecinos de Taberno, un pueblo ubicado en el Norte de Almería, se han echado a la calle para frenar la construcción de una explotación porcina de más de 6.000 ejemplares . Un municipio tranquilo, que sufre los efectos de la despoblación, pero que tiene un gran potencial en proyectos ligados al medio rural y natural.

Los trabajos para la macrogranja comenzaron hace unos meses en la falda del Cerro Roldán en la Sierra de las Estancias, tras la aprobación en mayo de la licencia correspondiente. «La explotación será totalmente automática por lo que no necesitará gente para trabajar en ella. El engorde de los cerdos generará cada año miles de toneladas de productos tóxicos que envenenarán nuestro cielo, nuestra tierra, nuestros pozos y fuentes de agua», denuncia la plataforma «Taberno no se vende».

El colectivo, integrado por vecinos de la localidad, surge con la voluntad de defender y velar por el interés general, sin partidismos políticos. La pasada semana se manifestaron para reclamar al Ayuntamiento que revoque la construcción de la granja cuyas obras se encuentran suspendidas hasta que la empresa promotora aclare las discrepancias entre la titularidad de la licencia municipal y de la autorización ambiental por la Junta de Andalucía.

La mercantil que promueve la explotación porcina procede de Murcia y según denuncia «Taberno no se vende» ya intentaron construir granjas en otras provincias sin éxi to. «Este señor no tiene relación alguna con nuestro pueblo ni cariño, busca enriquecerse a nuestra costa», explican.

Cuando la granja esté en funcionamiento se engordarán 6.000 cerdos cada tres meses, pero si se amplía pueden llegar a producir hasta 30.000 ejemplares. Esta actividad supondrá más de 13.000 toneladas de purines y estiércoles, 2 7 toneladas de gases tóxicos y un uso desproporcionado de más de 17 millones de litros de a gua . Los vecinos también denuncian que sufrirán un continuo tráfico de camiones por el pueblo dejando un desagradable olor, humo, ruido y el peligro que conllevará para los viandantes.

«Estos camiones transportarán cerdos, estiércoles, purines, piensos…Con ello ya podemos olvidarnos de volver a respirar este aire libre de olores y contaminantes . Igualmente sufriremos también los continuos cortes en el suministro de agua por su escasez», manifiestan desde la plataforma.

Los vecinos tienen claro que sus vidas cambiarán a peor y que su pueblo nunca volverá a ser lo que es. Por eso han aparcado sus diferencias ideológicas y se han unido para mostrar su indignación ante un proyecto que califican como «un atentado contra su tierra».

Uno de los integrantes de la plataforma, Alejandro, indicó que el sentir de los vecinos en contra del proyecto cuya ejecución se ha iniciado es «un clamor» y lamentó la actitud del alcalde, Antonio Martos, que «ha adoptado una posición numantina y dice que tiene todos los permisos legales, pero tiene a todo un pueblo en contra». «En esta situación, cuando se inició el proyecto en 2014, pensamos que íbamos a tener un aliado en el alcalde, pero se ha convertido en el problema», dijo para añadir que lo que le demandan es que explique «cuáles son los argumentos por los que sigue apostando por este proyecto que todo el pueblo repudia».

Una resolución de Alcaldía de 24 de julio de este año ordenó la suspensión inmediata de las obras y dio plazo a la mercantil promotora para que justificase ante el Ayuntamiento la titularidad actual de la misma, la vigencia e identidad de su órgano de representación ante la administración y la titularidad de la autorización ambiental integrada a la que se condicionó la concesión de la licencia municipal de obras concedida en mayo.

A través de este dictamen se dio orden a la Policía Local para que vigile que se cumple y describe un acumulo de incidencias relacionadas con la obra por la que aconsejan la adopción inmediata de la paralización. Entre las anomalías detectadas podrían haber excedido los límites de la licencia concedida, en relación con la instalación de tuberías y apunta a la existencia de denuncias y quejas vecinales relativas a la posible existencia de otras infracciones que están en curso de comprobación.

Desde la oposición, el portavoz socialista José Manuel Rodríguez, afirmó que se opusieron al proyecto en el año 2014 porque «no vimos interés social por ningún sitio» . Esta explotación la promueve un particular «sin intención de crear riqueza ni empleo en el pueblo, sino con el fin de conseguir la licencia y venderla». Por ello, manifiesta que la titularidad ha cambiado hasta en cuatro ocasiones.

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