SOCIEDAD
El Puche se rebela: el barrio más pobre de Almería quiere que le devuelvan la luz
Hace nueve años que más de 15.000 personas viven ajenas al suministro eléctrico, sufren la desidia de las administraciones frente a la intervención de la compañía que no atiende a sus demandas
Con dos horas de luz al día, en el mejor de los casos, viven la práctica mayoría de los 15.000 vecinos que residen en El Puche , el barrio más pobre de Almería. El abandono institucional ha hecho mella en este núcleo de la capital que prácticamente se encuentra en exclusión social.
Los cortes en la electricidad se sufren desde hace nueve años, no solo en las viviendas, sino también en la iluminación pública. Como ejemplo, la farmacia de este barrio olvidado funciona gracias a un generador , la misma solución a la que han tenido que recurrir los comerciantes, principalmente los establecimientos de alimentación y bares.
Cansados de que sus quejas no sean atendidas, un grupo de residentes se han concentrado ante los edificios de la Subdelegación del Gobierno, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Almería para entregar un escrito en el que piden que se solucione «de una vez por todas el suministro de electricidad». Esta es la principal reivindicación, pero recuerdan que a pesar de pagar los tributos como cualquier vecino de la capital almerienses solo cuentan con dos barrenderos y ni siquiera entra el transporte público en el barrio.
Los vecinos, liderados por la asociación Ohana con el apoyo de su homóloga Itaca, reclaman la intervención de las administraciones para evitar que el barrio tenga su propia ley. « Somos muchos los que tenemos nuestro contrato de luz, contador , y pagamos facturas cada mes sin tener consumo porque no lo hay. Además, cuando hay subidas de tensión tenemos que afrontar la rotura de los electrodomésticos», explica Carmen de la Calle, presidenta del colectivo.
Los enganches ilegales y las averías provocadas por estos, además del deterioro de la red que algunos puntos llevan años sin renovarse, llevaron anular transformadores y el resultado es un barrio sin apenas luz. Según Endesa, los problemas se siguen registrando en El Puche donde un mismo centro de transformación recién renovado ardió hasta en dos ocasiones debido a la sobrecarga de la red debido a que el fraude llega en algunos puntos al 90% del suministro.
«Hormigonaron las arquetas de la zona centro, pero se han arreglado algunas calles y se pusieron los contadores, aunque sin luz, en el norte hay muy pocos edificios con contador porque Endesa no les da la oportunidad de contratar , y en el área sur del barrio hay de todo, pero la electricidad sigue faltando, en algunos casos solo tienen 20 minutos al día», denuncian desde Ohana.
Desde la asociación llevan dos años luchando para solucionar el problema con la electricidad , las reuniones se han sucedido «con buenas intenciones» pero sin solución. Un barrio que vive al margen de la capital donde los conflictos se extienden porque «lo que no era normal ya se ve como algo habitual».
«Aquí hay gitanos muy dignos y marroquíes que van todos los días a trabajar a los invernaderos»
Carmen de la Calle
Presidenta de la asociación Ohana
«Damos una sensación hacia fuera como si estuviéramos en la selva. Aquí hay gitanos muy dignos y marroquíes que van todos los días a trabajar a los invernaderos…habrá otras cosas, pero en todos los barrios de Almería lo hay, esa es la excusa perfecta para abandonarnos , pero todo el mundo tiene que hacer su trabajo para evitar esta situación», concluye Carmen de la Calle.
Hay que recordar que El Puche se creó hace 50 años para ubicar a las familias que perdieron su vivienda por la gran riada que afectó a una parte de la capital almeriense. «Aquí si te quedas tirado con el coche te ayudarán, y si vienes a pedir un plato de comida también te lo darán», afirman los vecinos.
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