Turismo

Geoda de Pulpí: un tesoro oculto en Almería

Se trata de la cavidad más grande de Europa, un lugar único en el mundo con imponentes cristales transparentes de yeso

En junio, la geoda reabrió sus puertas reduciendo las visitas hasta siete personas por grupo. ABC

R. Pérez

En Pulpí, en el Levante almeriense, se ubica una geoda que es única en Europa. La naturaleza ofrece uno de los tesoros más grandes del mundo en Almería, una joya natural que abrió sus puertas en 2019.

La geoda de yeso de la «Mina Rica», como se denomina al yacimiento almeriense, junto con la «Cueva de los Cristales» (México) o «El Teniente» (Chile), son enclaves excepcionales. Su transparencia y estado de conservación la hacen única a nivel mundial debido a sus dimensiones y perfección, tamaño y transparencia llegando incluso a poder leer un libro a través de ellos.

El origen de esta impresionante geoda puede explicarse en dos fases, referidas básicamente a la formación del hueco y al depósito mineral en el interior de éste. El hueco en la roca se produjo por karstificación de las dolomías que forman la Sierra del Aguilón, acompañada de inyecciones hidrotermales volcánicas . El depósito mineral en la geoda podría explicarse mediante un modelo mixto kárstico-hidrotermal.

A partir de 1870 se comenzó a extraer hierro en este yacimiento configurándose como un revulsivo para la economía de la zona. «Pilar de Jaravía», donde se asienta la «Mina Rica», se convirtió en unos de los distritos mineros más importantes de España . A partir de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial las explotaciones fueron abandonándose de forma progresiva.

La visita

La geoda reabrió sus puertas en junio con un protocolo de seguridad frente al covid-19 reduciendo las visitas a siete personas máximo, excepto familias que pueden ascender hasta diez integrantes. Para acceder a la mina es necesario el uso de calzado cerrado y deportivo, así como casco de protección. Además, los visitantes pasan por un cuarto de desinfección, deben llevar mascarilla, bata y guantes durante el recorrido.

Durante noventa minutos dos guías detallan el importante legado minero de Pulpí, los utensilios de época que quedaron clausurados en la mina a su cierre, y al final del trazado, la imponente geoda . Para hacer posible esta visita se han invertido más de medio millón de euros, principalmente para la limpieza previa de las galerías y construcción de accesos para lo que se extrajeron más de 700 toneladas de tierra y escombro.

Recientemente, se ha inaugurado un ascensor hidráulico anexo a la escalera de bajada del primer nivel para personas de movilidad reducida . Además, se ha recuperado la «Galería de las Colas de Golondrina», con 50 metros de profundidad que dan acceso a otra formación de cristales y permiten ver las huellas que dejaron, escritas en la fragua, los mineros que allí picaron entre 1912 y 1918.

El recorrido se realiza desde un punto de observación no invasivo, sin dañar la estructura ni los minerales, pero permitiendo conocer sus espectaculares cristales de yeso. Así se recorren galerías de 1,8 metros de altura llegando a cavidades de 40 metros . En total, un trayecto de 500 metros con 60 metros de desnivel desde la entrada hasta llegar a la geoda realizado por mineros a base de pico, pala y barreno.

El acceso al segundo nivel es a través de una escalera de caracol totalmente vertical de 15 metros que se asienta sobre una estructura de acero por la que se desciende unos 3 metros . El acceso al tercer nivel se hace a través de una escalera de rejilla soldada de 14 metros hasta llegar a la explanada central de este tercer nivel. Desde esta explanada se accede con otras escaleras de trámex de 8 metros hasta la entrada de la geoda gigante. Un total de 162 escalones de subida y bajada que el visitante deberá salvar en su trayecto.

La cavidad se localiza en uno de los niveles más profundos de la explotación minera, a más de 60 metros de profundidad. Su entrada tiene forma de embudo, con la parte más estrecha acodada en forma de «L», de unas dimensiones de tan solo 0,5 metros de diámetro en el angosto tubo que sirve de acceso.

Tras este estrecho paso, abierto artificialmente por los descubridores, se accede a una sala (la geoda, en sentido estricto) con unas dimensiones de unos 8 metros de longitud por 1,7 metros de ancho y 1,8 metros de anchura. El tamaño medio de los cristales es de 0,5 x 0,4 x 0,3 metros . Estos cristales, de hábito romboide y con perfectas aristas y caras aparecen maclados entre sí, entrecruzándose unos con otros.

Tanto las instalaciones como el entorno en el que se encuentran la Geoda de Pulpí, cuentan con un sistema de iluminación que resalta la belleza de este espacio minero y geológico, también de noche . El Ayuntamiento ha efectuado la luminaria compuesta por 30 focos de luz led cálida que realzan los edificios mineros ubicados en los exteriores de la mina.

Los hornos de calcinación, el Cortijo de Orozco, la sala de máquinas, el transformador, el castillete y la chimenea de aireación, han sido los escenarios principales iluminados, que ahora también se unen al centro de recepción de visitantes y a la vía que comunican los exteriores con la entrada al yacimiento.

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