El fantasma del Niño Ricardito y otros espectros de Almería
Uno de los casos más conocidos de casas encantadas de la ciudad lo encontramos, sin dudas, en la Rambla Federico García Lorca, lugar de concentración de jóvenes

Uno de los casos más conocidos de casas encantadas de Almería lo encontramos, sin dudas, en la Rambla Federico García Lorca, lugar de concentración de jóvenes por la cantidad de centros educativos que hay en la zona. Allí precisamente hemos de ubicar el conocido de La Salle, el Alhamilla, o nuestro objeto de estudio: el Stella Maris o Las Jesuitinas.
La febril actividad estudiantil fluye y, como en otros muchos centros de enseñanza atesora historias de fantasmas, historias terribles que, a veces, son entendidas como leyendas para asustar y, en otras como una dura realidad con la que es difícil –por no decir que imposible- convivir.
Allí, en sus aulas, se manifiesta el fantasma de Ricardito, el alma de un niño que vaga eternamente por sus pasillos y del que todos los estudiantes tienen conocimiento. No hay mucha documentación al respecto pero se cree que hay remontarse a la época de la Guerra Civil española para encontrar la pista de este niño de nadie que se quedó entre las cuatro paredes del centro.
Durante ese periodo negro de la Historia de España, se encerraban allí a los niños y uno de ellos pudo haber fallecido quedando su espíritu atrapado en este mundo.
La figura del niño fantasma ha sido visto por alumnos, profesores y conserjes en diferentes ocasiones igual que describen toda una suerte de fenómenos inexplicables tales como luces que se enciende y se apagan, puertas o ventanas que se abren y cierran solas, voces que surgen de la nada, extrañas luminiscencias en el interior del colegio cuando éste permanece cerrado o a altas horas de la madrugada e incluso sillas que aparecen apiladas en el centro de las clases en lugar de cada una junto a su mesa.
Fenómenos inquietantes que unos prefieren ignorar y otros creer antes que no vivir en sus propias carnes las habituales bromas de Ricardito.
La dama de blanco de los subterráneos
Hay lugares, enclaves perdidos o desconocidos, marcados por la tragedia. Uno de esos lugares es el refugio antiaéreo y antibombas de Almería.
Se encuentra bajo el Paseo de Almería y se construyó en el año 1936 para proteger a la población de los bombardeos de la Guerra Civil. Durante un año se extendió este trabajo que dejó como resultado casi cuatro kilómetros de túneles abovedados y de hormigón. Nacieron como un refugio temporal en momentos de peligro contando con un apartado sanitario con quirófano y enfermería.
Hay diferentes accesos a este desconocido lugar, accesos desde la Catedral o el encantado Teatro Cervantes. En su interior se produjeron momentos de drama y muertes ocasionadas por las avalanchas humanas que provoca, en muchas ocasiones, el mismo miedo.
Una vez finalizada la Guerra Civil los refugios quedaron abandonados y comenzaron a ser hogar de sin techo y mendigos. En el año 1944 se decide cegar las entradas a los túneles no siendo hasta el año 2006 cuando el Ayuntamiento opta por unas rutas muy especiales: rutas guiadas a los viejos túneles y conocer mejor la historia de una época que muchos han preferido olvidar.
Pero allí abajo ocurren hechos extraños, hechos misteriosos, tal vez provocado por el sufrimiento, el dolor, el miedo que allí se vivió y que hoy los guías o vigilantes dicen sentir extrañas voces y sensaciones, se han percibido presencias y algo invisible que los acompaña, pasos en la noche, psicofonías que surgen de la nada o sombras errantes en el interior de los mismos en diferentes puntos.
Pero hay más fenómenos inexplicables como luces que tienen un comportamiento anómalo, puertas que se abren y se cierran, desaparición de objetos, raps, o comportamiento anómalo de los aparatos de ventilación.
No obstante lo que más miedo provoca, el momento más mágico para unos, es la aparición de una figura, una dama de blanco que pasea por aquel mismo lugar. Hay personas que dicen haberla visto en una camilla como si fuera una víctima de aquella guerra , lo cierto es que su identidad es desconocida pero su presencia habitual en un lugar tan evocador como estos refugios secretos.
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