SUCESOS

Entran en prisión 13 miembros de una organización que producía y vendía marihuana en Almería

El líder de la banda, con 22 años, controla toda la actividad y se hizo cargo de la distribución de la droga por países de Europa Central

Una de las plantaciones de marihuana localizadas por la Policía Nacional. ABC

R. Pérez

Tras varios meses de investigación, la Policía Nacional ha conseguido desarticular en Almería una organización que producía y vendía marihuana a gran escala en el desarrollo de la «Operación Sinse» . En total detuvieron a 15 personas, 13 de los cuales ya se encuentran en prisión, acusados de delitos de tráfico de drogas, defraudación de fluido eléctrico, tenencia ilícita de maras, y tentativa de dos homicidios.

Los agentes lograron intervenir 3.580 plantas de marihuana, 2.300 esquejes, 38.000 euros en efectivo , 631 transformadores eléctricos, 810 lámparas, 27 extractores de aire, 16 aparatos de climatización, 2 vehículos, cuatro balanzas y numerosa munición de diferentes calibres. Esta organización generaba y comercializaba cantidades ingentes de droga. La ambición del líder, un joven de 22 años, le llevó a dar un salto más, y hacerse cargo de la distribución por países de la Europa Central, obteniendo con ésta función aún mayores beneficios económicos.

La información que manejaba la Policía Nacional indicaba a la compra con carácter inmediato de pequeños camiones o auto caravanas con los que realizar los portes con marihuana, consiguiendo burlar los controles. En el desarrollo de la investigación se resolvió un tiroteo producido en septiembre de 2019 en Almería , donde resultaron heridos un padre y un hijo. Varios miembros de la banda habrían disparado creyendo que los tiroteados pretendencia apoderarse de la marihuana que estaba escondida en una de las viviendas de la organización.

Los inmuebles que poseían estaban distribuidos en municipios cercanos a la capital. Un total de 9 viviendas, todas en régimen de alquiler, aisladas de los vecinos y con servicio de agua y electricidad que duplicaban con una acometida ilegal. Se convirtieron en perfectos escondites para el cultivo de la marihuana ya que estaban en camiones de acceso poco transitados, pero al mismo tiempo cercanos a las autovías.

El líder de la banda estaba ayudado por su lugarteniente, un hombre de confianza de 45 años, que se ocupaba el montaje y mantenimiento de las instalaciones eléctricas . En los niveles más bajos de la pirámide se situaban los jardineros y vigilantes, responsables directos de las distintas plantaciones de marihuana, para lo que disponían de armas de fuego y largas que habían adquirido en el mercado ilegal.

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