EDUCACIÓN
Un «angelman» sin aula
La Junta de Andalucía se niega a activar el aula específica del IES El Toyo para un alumno con trastorno del desarrollo
«Quieren segregar a mi hijo Adrián» , así comienza Rosario Pérez su escrito de petición en Change.org que cuenta en apenas una semana con 6.678 firmantes. Este alumno con síndrome de Angelman, escolarizado actualmente en el aula específica del CEIP Torremar de Retamar (Almería), no podrá acceder el próximo curso al IES El Toyo , centro al que está adscrito, ya que tal y como ha comunicado la delegada de Educación, Francisca Fernández «no se activará este recurso por la falta de demanda al no haber alumnado suficiente para abrirla».
Adrián, que hoy cumple 15 años, no sabe aún dónde iniciará su nueva etapa educativa el próximo curso. «Sabemos que hay otros centros donde se ha abierto un aula específica a pesar de haber un solo alumno como en Sorbas o Aguadulce. La ley dice que la ratio está entre 1 y 5 alumnos . Tiene los mismos derechos que cualquier otro niño, por ello no vamos a parar hasta que no hagan las cosas bien», afirma su madre.
El síndrome de Angelman es un trastorno que afecta al desarrollo, lenguaje y comunicación. Es por ello, que sus padres luchan porque siga en el mismo entorno educativo que hasta la fecha. «No nos han dicho dónde va a ir. La delegada nos dice que depende de Sevilla y que a ella le podrían llamar la atención por gastar recursos. Solo pedimos que sigan haciéndolo bien. En el colegio donde está hay un programa de inclusión magnífico. No nos dejen desamparados», exige Rosario Pérez.
A pesar de no poder comunicarse verbalmente, Adrián comprende perfectamente a sus compañeros. De hecho, es el delegado de su clase , participa en todas las reuniones del centro y se relaciona gracias a una tablet. Por ello, sus padres consideran contraproducente para su evolución, desarrollo e inclusión romper con su entorno y comenzar una nueva etapa lejos de sus compañeros. Además, hay que sumar los desplazamientos diarios a otra localidad para que Adrián pueda seguir recibiendo la educación gratuita que es derecho de todos los andaluces.
«Es difícil entender por qué se le niega la posibilidad de seguir estudiando en el centro que le corresponde por el simple hecho de ser diferente . No hay continuidad en el cambio de etapa por parte de la Administración que no es capaz de seguir con el trabajo que con tanto esfuerzo han realizado en el colegio», reclama esta madre.
Rosario Pérez lamenta que a su hijo lo tratan como si fuera un mueble , un número más en todo el sistema educativo de la comunidad. «Hay que rellenar huecos y colocarlo donde mejor convenga. Lo están discriminando por tener necesidades especiales, al no dejarlo ir al mismo instituto que su hermana y todos sus compañeros», critica.