ALMERÍA
Los condenados en el caso Poniente: una vida de lujo con banquetes, relojes y entradas para los toros
Durante al menos una década, los cabecillas de la trama disfrutaban como multimillonarios a costa del saqueo a las arcas municipales de El Ejido
El exalcalde de El Ejido Juan Enciso, condenado a cinco años de cárcel por el caso Poniente 14 años después
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Durante una década tuvieron vida de ricos. Como multimillonarios vivían los cabecillas condenados en el caso Poniente en El Ejido. Todo a costa de las arcas municipales. En la investigación se apuntaba a 71,5 millones de euros defraudados, la Audiencia provincial ha determinado 58,8 millones de euros.
Una trama de corrupción que se servía de la empresa municipal mixta Elsur, con la participación del 70% del grupo Abengoa. A través de subcontratas engordaban el canon y defraudaban a Hacienda. Estas mercantiles estaban en manos de un clan de empresarios que a su vez reportaban al que era alcalde, Juan Enciso, y su interventor municipal, José Alemán.
Desde 2002 a 2009, son los años investigados. Se desconoce el tiempo que realmente se sirvieron sin control de los fondos públicos. En aquellos años eran conocidas las fiestas con los trabajadores de las subcontratas. Sorteos de viajes, incluso regalos en metálico, todo el mundo estaba contento.
Pero quienes mejor vivía eran ellos. Banquetes, relojes, entradas para los toros en plena Feria de Abril de Sevilla, lo que hiciera falta. Así recoge el sumario de la Operación Poniente que 14 años después ha tenido una sentencia mínima, justificada en el retraso del proceso.
El mayor escándalo fue la boda del entonces interventor del Ayuntamiento de El Ejido, José Alemán, y su mujer, funcionaria municipal, Isabel Carrasco, ambos procesados. A través de una subcontrata pagaron unos 300.000 euros para su enlace. Viajes, comidas y banquete en el hotel Ritz de Madrid. Una cantidad inasumible para ambos que apenas llegaban a los 100.000 euros de ingresos anuales.
El denominado cerebro de la trama de corrupción, Alemán, tenía más de 278.000 euros en joyas. Los agentes intervinieron en su casa diferentes piezas de orfebrería, relojes y estilográficas. Destacaba un reloj por valor de 15.000 euros y un broche de oro blanco y diamantes tasado en 45.000 euros.
No fue la única boda que se pagó. En el sumario consta el enlace de la hija del ex directivo de Abengoa, José Antonio Amate. Unos 33.000 euros se imputaron a través de cuatro facturas a empresas subcontratadas a Elsur para el pago del banquete en una finca de Sevilla.
En el caso del exalcalde, Juan Enciso, los magistrados no estiman acreditado que los ingresos cifrados en 671.000 euros obtenidos a través de una sociedad constituida junto a su esposa, «encubriesen donaciones o comisiones ilícitas». Se considera que no obtuvo un «enriquecimiento personal» mediante prácticas corruptas.
Sin embargo, testigos protegidos declararon durante el juicio ser conocedores de obras en el cortijo de Bayárcal que Enciso estaba rehabilitando. A través de la subcontrata se transportó mármol, se hicieron trabajos de albañilería e incluso se hizo referencia a una máquina quitanieves para su uso particular.
La malversación de fondos públicos no tenía fin hasta que sesenta agentes de la Policía Nacional asaltaron el Ayuntamiento de El Ejido. En octubre de 2009 se acabó la corrupción de forma pública. Meses antes ya sospechaban de que estaban siendo investigados, las conversaciones telefónicas no eran fluidas.
Monosílabos, respuestas escuetas. Eran conocedores de que sus terminales estaban pinchados. Intentaron modificar el entramado empresarial para evitar que sus familiares terminarán en la cárcel. Los hijos de algunos de ellos acabaron en prisión, siendo médicos o arquitectos, se limitaban a firmar lo que sus padres le indicaban.
Quizás los familiares desconocían la situación, pensaron que la vida de ricos que podían llevar era fruto del trabajo de sus progenitores. Cuando pisaron la cárcel fueron conscientes de que habían sido utilizados por aquellos que les habían llenado de prebendas y creado una vida de lujo a costa de los ciudadanos de El Ejido.