Alaya deshoja la margarita de su traslado a la Audiencia

La juez Mercedes Alaya se enfrenta estos días a un dilema. El pasado sábado salió publicada en el BOE el acuerdo que saca a concurso las cuatro nuevas plazas de magistrado de las secciones penales de la Audiencia de Sevilla, a las que puede aspirar la instructora del sumario de los ERE por su antigüedad en la carrera judicial.

En principio la juez, que no ha ocultado en los últimos meses a sus más cercanos que tiene la intención de pedir el citado traslado, tiene de plazo quince días naturales que, según parece, expiran a primeros del próximo mes de enero. Ayer fuentes del Consejo General del Poder Judicial aseguraban que la juez no ha rellenado aún el formulario para aspirar a esa plaza que se adjudica por orden de antigüedad pero para la que tiene garantizada casi con toda seguridad que le será adjudicada ya que es de las mas antiguas entre los posibles candidatos y, por tanto, está en posición de salida.

Así las cosas, Alaya lleva varios días en los que no ha aparecido por el juzgado y aunque, según parece, podría estar enfrascada en la elaboración de la exposición razonada que debe enviar al TSJA sobre la implicación en el sumario de los aforados andaluces (Carmen Martínez Aguayo, Antonio Ávila, Manuel Recio y Francisco Vallejo), todo indica que también está meditando la decisión de su traslado.

De hecho, tiene encima de su mesa el BOE del pasado sábado porque se lo han impreso y se lo han dejado allí y podría rellenar la solicitud en los próximos días. Sería una plaza de magistrado en una de las cuatro secciones penales de la Audiencia, que es el destino natural de la mayoría de los jueces cuando llevan unos años de carrera.

En caso de que lo hiciera y, una vez que le fuera adjudicada la plaza, no tendría que tomar posesión de ella hasta el mes de marzo. Pero, en cualquier caso, Alaya podría pedir esa plaza y seguir durante algún tiempo mas en su juzgado para culminar la causa de los ERE. Algo que contempla el CGPJ y que, de hecho, es un caso similar al que ha permitido al juez Pablo Ruz seguir en la Audiencia Nacional para culminar el trabajo de sus investigaciones de la Gürtel.

Así, Alaya podría tener la plaza garantizada y seguir a menos durante seis meses en el juzgado de instrucción terminando algunas de las macrocausas que instruye. «Tiene claro que lo va a pedir», aseguraban ayer fuentes judiciales. Pero aún no lo ha hecho.