Hallan restos fósiles de microbios del Jurásico entre Jaén y Granada
Se han encontrado en un afloramiento de lavas submarinas que se encuentra entre las dos provincias
Investigadores del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén (UJA) han descubierto restos fósiles de comunidades microbianas que habitaban en el fondo oceánico en el Jurásico (hace 170 millones de años) en un afloramiento de lavas submarinas que hay en el límite provincial entre Jaén y Granada.
Concretamente, los restos se han encontrado entre Noalejo (Jaén) y Campotéjar (Granada), y aportan nuevos datos sobre este entorno que en el pasado fue un fondo marino con actividad volcánica, según un comunicado de la UJA.
Los responsables del hallazgo, el paleontólogo Matías Reolid y la mineralogista María Isabel Abad, explican que este entorno volcánico es un lugar habitual de visita con los alumnos, y uno de los pocos afloramientos en Andalucía de lavas submarinas.
Según Reolid, el hallazgo se ha producido en «los restos de una plataforma marina que según fue avanzando el Jurásico se fue rompiendo por una serie de fallas, algunas de las cuales favorecieron la salida de lavas en el fondo del mar, que tienen forma redondeada, por lo que se las denomina lavas almohadilladas».
Los huecos que quedan entre estos cuerpos redondeados han sido ocupados por distintas composiciones minerales, y es precisamente en una de estas composiciones que es de color verde donde hallaron los restos fósiles de los microbios.
«Estas mineralizaciones verdes siempre llaman la atención de los estudiantes, pero curiosamente nadie antes las había analizado desde el punto de visto petrográfico, mineralógico o químico», ha señalado María Isabel Abad.
Las muestras analizadas revelaron que se trataba de una mica verde, glauconita, y que contenía filamentos muy finos formados por comunidades microbianas del Jurásico.
La relevancia del hallazgo radica en que la composición mineralógica y el contexto ambiental en el que fueron hallados estos restos indica que había circulación de fluidos hidrotermales (de entre 100 y 200 grados) vinculada a la actividad volcánica del entorno y «no es habitual encontrar este tipo de fósiles y, menos aún, preservados en glauconita».
Se trata de un grupo de microbios de tipo extremófilo (quimiosintéticos), es decir, que habitan en lugares de condiciones extremas como puede ser un fondo marino profundo, carente de luz y asociados a fluidos hidrotermales.